Seis historias distintas, seis tiempos distintos, seis carreras distintas, pero una misma ilusión: completar los 42 kilómetros largos del VI Maratón Cabberty de Málaga. Sofía, Mónica, Susana, Nini, Marta y Julia lograron el domingo su objetivo anunciado semanas atrás en La Opinión de Málaga: correr de principio a fin la gran carrera costasoleñaLa Opinión de Málaga. Ninguna de ellas es profesional del deporte, solo aficionadas al running, que aprovechan el poco tiempo libre que les dejan sus respectivas ocupaciones familiares y laborales para hacer ejercicio. Después de muchos meses de entrenamientos, el domingo les llegó la recompensa venciendo todas ellas al Maratón de Málaga y a sus 42.195 metros.

Estas seis mujeres son, además, el fiel reflejo del auge que tiene el sector femenino en este tipo de pruebas, reservadas hace una década casi exclusivamente para hombres. El pasado domingo, casi un 15% de los corredores que se echaron al asfalto de la capital costasoleña eran mujeres. Todo un síntoma de que el maratón ya está abierto a todo tipo de corredores, sin importar el sexo ni la edad.

Julia Castronuño cumplió sus objetivos ya que como ella misma decía semanas atrás «acabarla ya será una victoria». Hizo 4.17 y asegura estar «muy contenta». Corrió junto a su cuñada Ángeles Conejo, o Nini como la conocen sus amigos, y el hijo de ésta. «Salimos con una estrategia de carrera, pero nos vimos fuertes desde el inicio y fuimos más rápido de lo que esperábamos. Sobre el kilómetro 35 nos vinimos un poco abajo. El final fue muy duro, aunque el último kilómetro fue maravilloso porque se metió mi hijo -por sorpresa- para acompañarme», afirma Julia.

Nini, por su parte, corrió el domingo su tercer maratón. «Yo soy una persona muy optimista. Habíamos entrenado muy bien sobre distancia de 30 kilómetros y sabía que iría bien hasta ahí... y luego a ver qué pasaba. Corrí con la cabeza muy positiva. Fue muy divertido hacerla con mi hijo. Me quedo con muchas cosas buenas. He aprendido a valorar mi cabeza y mi cuerpo. Además, el día después ha sido muy bueno. No he tenido tirones ni nada», asegura la veterana de este grupo.

Por su parte, Susana Castillo, de 45 años, rebajó su mejor marca hasta 4.54, aunque todavía pudo haber hecho menos tiempo. «Mi reto el domingo era que mi hermano acabara el maratón. Fui con él y tuve que esperarlo algunas veces. Podría haber hecho menos. La carrera en general estuvo muy bien, aunque en el kilómetro 37 no había agua en el avituallamiento y eso no puede ser. Pero el ambiente estuvo muy bien».

Sofía Ordóñez no acabó especialmente contenta porque no pudo rebajar su mejor marca de 3.41. Para ella fue su tercer maratón. «Pinché. Estoy enfadada con el mundo. Estaba preparada para mejorar mi marca, pero en el kilómetro 26 me vine abajo y ya no pudo ser. Me gustó mucho el ambiente, había un montón de extranjeros. El día estuvo fenomenal y los avituallamientos, también muy bien. La organización cada año es mejor. El único pero fue que en la meta solo me dieron una botella de agua, pero supongo que eran las órdenes que tenían los voluntarios».

Para Mónica Puchades fue especialmente bonito llegar a la línea de meta del Parque ya que era debutante en la distancia. Había manifestado que su reto era hacerla en menos de 5 horas. Dicho y hecho. Paró el crono en 4.30. «Estoy súper contenta. Me encontré muy bien No tuve bajones a pesar de que mi compañero se retiró en el kilómetro 7. Fui conociendo gente por el camino. La verdad es que ha sido una experiencia increíble. Ya estoy apuntada para ir a la de Sevilla».

Marta Sánchez, la más joven de todas, con 28 años, corrió en Málaga un par de meses después de participar en el Maratón de Chicago. Lo hizo, como tenía previsto, con su grupo, la «Marea Naranja». Su reto era hacerlo en 3.40, pero está satisfecha con su 4:01 porque tenía molestias físicas y a partir del kilómetro 28, por la zona del Martín Carpena, su adductor no le dejaba dar zancadas largas. Hay cosas, eso sí, que cree que se deben mejorar. «No me gustó la organización. Había muy poco avituallamiento líquido. En el primero había tanta gente que ni me pude parar. En otro, más adelante, los voluntarios cogían los vasos del suelo utilizados por otros corredores. Yo eso no lo había visto nunca», aseveró.

Estas seis heroínas se dispersaron por el pelotón de más de 3.700 corredores que disputaron el Maratón el domingo por la mañana. Pero nada más llegar a la meta se enviaron mensajes unas a las otras contando cada una su experiencia personal en el grupo de whatsapp creado el día que este diario las reunió para conocer por qué querían correr el Maratón y qué objetivos se planteaban para esta prueba. Desde ahora ya se abren a nuevos retos. Y es que correr engancha. Y tras una maratón viene otra y otra y otra y otra...