­Samuel Galán «Samu» no es un delantero cualquiera. A sus apenas 24 años de edad ya es veterano en el vestuario de un filial como el del Alhaurín de la Torre. Varios directivos y técnicos que han vivido de cerca su rápido crecimiento dentro y fuera del campo, como futbolista pero también como persona, todavía no acertaban ayer a comprender cómo había sido apuñalado en un partido de Tercera Andaluza, por mucho que estuviese el campeonato liguero en juego.

Entre otros, uno de los directivos del CD Churriana, club de Andaluza en el que militó tres temporadas hasta dar el salto al Juventud de Torremolinos, subrayó su calidad humana por encima de su rapidez para romper la cintura a las defensas rivales. «Samu es uno de los mejores futbolistas que he podido conocer en años. Basta con saber que aquí en Churriana no sólo estuvo tres campañas con nosotros, sino que encima empezó a conocer el trabajo de entrenador y estuvo al frente del equipo prebenjamín, el de los más pequeños».

Este responsable, que no quiso ayer facilitar su identidad, calificó a Samu de esta manera: «Rápido, con gol y buen chaval». En una de las fichas técnicas que permanecen en el Juventud de Torremolinos, el conjunto en el que jugó durante la pasada temporada, reza: «Delantero que hace jugar al equipo, con un físico privilegiado. Es capaz de pelearse con la defensa más experimentada». Se subraya asimismo que es un jugador corpulento, de 1,73 metros de estatura y unos 68 kilos de peso.

Nacido en la víspera del Día de Nochebuena de 1991, a Samu se le conoce en multitud de terrenos de Primera, Segunda y Tercera Andaluza. Destacó desde muy joven en las categorías inferiores del Lauro y tuvo su primera experiencia fuera de la provincia nada más alcanzar la mayoría de edad, en la temporada 2010/2011. Pasó por el filial del Lauro y en las filas del Churriana disputó partidos tanto en la Primera Andaluza como en la entonces Regional Preferente -ahora Segunda Andaluza-.

«Esto que le ha pasado a nuestro exjugador no puede ocurrir en ningún sitio. Queremos darle todos los ánimos posibles tanto al futbolista como a los dirigentes y técnicos de su club», expresaban fuentes del Juventud de Torremolinos. Se insistía además en que lo sucedido «no pertenece al fútbol», por mucho que alguien quiera apuntar al estadio en el que se produjeron los hechos. «En El Palo puede haber un delincuente lo mismo que se pueda colar en otro campo, con apenas pagar unos cuantos euros», incidían los propios directivos consultados.

Por miedo a represalias, las fuentes consultadas preferían no facilitar sus nombres, al tiempo que se solidarizaban con los dirigentes de un conjunto paleño que ha representado a la provincia en Segunda B y que ha luchado por eliminar la violencia verbal o física en sus instalaciones, de la misma forma que otras escuadras de toda la provincia malagueña.

No obstante, quien sí que mostró públicamente su más enérgico rechazo ante lo ocurrido, así como su total apoyo al futbolista, fue el técnico Carlos Gobantes, que fuese hasta el verano pasado el entrenador de Samu en el Torremolinos. A través de sus perfiles en las redes sociales subrayó la calidad humana del jugador y sus valores como persona. Lamentó lo sucedido y, al igual que otros componentes de la plantilla torremolinense, recordó que hace escasas fechas volvió a pisar El Pozuelo con el Alhaurín de la Torre B «para jugar un amistoso».