«Si les meten 200 partidos, que se los pongan. Como si es cadena perpetua. Eso no me preocupa. Lo único que quiero saber es que el chaval del Lauro esté completamente recuperado». Son las palabras del presidente del CD El Palo, Juan Godoy, justo después de que cientos de vecinos se movilizaran ayer en la barriada de la capital malagueña contra la violencia de cualquier tipo. El directivo está muy afectado por lo sucedido y no dudó en repudiar los actos del domingo, cometidos por sus propios jugadores.

Godoy también ha vivido unos días intensos y adelantó que mañana, con motivo del encuentro que tiene previsto disputar El Palo que se encuentra en la zona alta del grupo noveno de Tercera División, se volverán a repetir las muestras de apoyo a Samu. «En estos días posteriores ya hemos empezado a tomar decisiones. Una de las primeras fue la visita de toda la plantilla del filial al hospital. Confiemos en que esto no ocurra más. Hay que insistir en la educación desde la infancia, porque apuñalamientos hay casi todas las semanas en discotecas y locales nocturnos y sólo se habla de ellos cuando accidentalmente ocurren en otros ámbitos. Imaginemos que los mismos protagonistas se citan para verse en otro sitio y los hechos no se dan sobre el césped. No hubiese pasado de las dos líneas en prensa», dijo Godoy.

El apuñalamiento del ariete del Alhaurín de la Torre B, supuestamente a manos de dos jugadores del filial del conjunto paleño, ha sido también un palo para él. «Llevamos muchísimos años trabajando para quitar la lacra de lo que estaba ocurriendo en El Palo. Pero esto no lo espera nadie. Esto no tiene nada que ver con el fútbol», relataba.

El máximo responsable de esta entidad deportiva no respiró «hasta saber que Samu ya estaba en planta» y mostraba síntomas de haber superado las peores horas en el hospital. «Me enteré de lo ocurrido a la una de la madrugada. La noche que pasé no se la deseo a nadie. Me la pasé despierto rezando por Samuel a la Virgen del Carmen».

La expedición del primer equipo regresó de Guadix el domingo poco antes de que comenzara el duelo entre filiales, determinante para el ascenso a Segunda Andaluza. El propio Godoy vio los primeros 20 minutos: «Me tuve que ir a casa porque suelo madrugar mucho. Apenas veo al filial por las horas a las que juega. En ese rato no ocurrió nada de nada. Pero luego llegaron las noticias. No podía entender nada. Habíamos ganado y resulta que la Policía estaba buscando a los autores de un apuñalamiento», recordó ayer.

El Domingo de Ramos terminó de la peor manera posible. Pasaron a un muy segundo plano tanto el punto cosechado por el primer equipo de tierras granadinas como el ascenso de El Palo B. Para los responsables paleños la clave está en que la sociedad tome conciencia del exceso de violencia que se produce, a veces verbalmente y otras, «por desgracia, físicamente», hasta en los campos de fútbol.