Los dos números uno del mundo, el serbio Novak Djokovic y la estadounidense Serena Williams, se clasificaron para las semifinales de Roland Garros, donde se medirán contra dos tenistas jóvenes y ascendentes, el austríaco Dominic Thiem y la holandesa Kiki Bertens.

"Nole" consiguió su billete para el penúltimo escalón del último Grand Slam que le resta por conquistar en un partido plácido ante un rival al que tiene tomada la medida, el checo Tomas Berdych, al que ganó por vigésimo cuarta vez para acceder a su sexta semifinal consecutiva de París.

En esta ocasión, el serbio se impuso 6-3, 7-5 y 6-3 en poco más de dos horas, raudo, en el menor tiempo posible porque las fuerzas pueden hacer falta en la recta final del torneo, sobre todo porque la lluvia le obligará a jugar cuatro días consecutivos.

Djokovic sigue escalando posiciones y derribando fronteras. Ayer se convirtió en el primer tenista de la historia que supera los 100 millones de dólares de ganancias y con los puntos sumados hoy se garantizó su presencia en la próxima Copa de Maestros que reunirá en noviembre próximo a las 8 mejores raquetas del año.

Serán las octavas semifinales del pupilo de Boris Becker, que tendrá ante sí al que todo el mundo coincide en considerar una de las estrellas ascendentes del tenis.

Y, curiosidades del destino, su rival está entrenado por Günter Bresnik, que durante años dirigió a Becker.

A sus 22 años, Thiem es el primer tenista nacido en los 90 que accede a las semifinales de Roland Garros, las primeras que jugará en un Grand Slam, lo que le servirá a partir del lunes para ingresar por vez primera en su carrera en el "top 10" como 7 del mundo.

Fogoso y maduro al mismo tiempo, Thiem tiene un tenis templado, potente, con el que descartó hoy al belga David Goffin, otra de las promesas del futuro, tres años mayor, que acabó cediendo por 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-1.

En un partido muy plástico y emocionante, lleno de alternativas en el marcador, el austríaco acabó por demostrar que, sobre la tierra, tiene muchos argumentos. No en vano, tras haber ganado antes de venir a París en Niza, es el tenista que más partidos ha logrado sobre tierra batida esta temporada.

En la que parece la temporada de su eclosión, Thiem tiene por delante la tarea más difícil, la de derrotar al número uno del mundo, al que en las dos ocasiones que lo ha afrontado, la última en el pasado Masters 1.000 de Madrid, no ha arrebatado ni un set.

El otro finalista saldrá del duelo entre el defensor del título, el suizo Stan Wawrinka, y la segunda raqueta del momento, el británico Andy Murray.

Un partido más igualado que puede permitir al escocés, vencedor en Roma del último Masters 1.000 sobre tierra batida, de clasificarse para su primera final en París. O la segunda consecutiva para el helvético, que también llegó a Roland Garros con un triunfo, sobre la arcilla de Ginebra.

Si Thiem es el primer semifinalista nacido en los 90, Wawrinka es, a sus 31 años, el más veterano desde 1985.

Wawrinka y Murray han jugado 15 duelos con 8 triunfos para el segundo que, sin embargo, ha perdido los tres últimos.

Solo dos veces han cruzado sus raquetas en tierra batida, siempre con victoria del suizo.

En el cuadro femenino, Serena Williams sufrió más de lo esperado contra la kazaja Yulia Putintseva, 60 del mundo, que le arrebató el primer set de la quincena. Impaciente por acabar su partido y pasar el menos tiempo posible en la pista -encadenará cuatro días seguidos de tenis- la menor de las Williams jugó con fuego ante una menuda rival de 21 años.

Acabó imponiéndose 5-7, 6-4 y 6-1 en un mal partido en el que acumuló 43 errores no forzados y que salvó solo gracias a su inigualable potencia de golpeo y a que la kazaja no tuvo gasolina suficiente para aguantar todo el partido.

El abismo lo tuvo ante sí la vigente campeona cuando perdió el primer set, su saque en el primer juego del segundo y Putintseva dispuso de bolas para ponerse 2-0. Ahí apareció la campeona que busca su 22 Grand Slam, el cuarto en París.

Su último obstáculo para la final será la inesperada Kiki Bertens, que de no haber ganado más que tres partidos en cinco participaciones en Roland Garros, pasó a meterse en semifinales, tras derrotar a la semifinalista de la pasada edición, la suiza Timea Bacsinszky, 7-5 y 6-1.

La otra finalista saldrá también de un duelo entre experiencia y juventud, pero más equilibrado sobre el papel. La española Garbiñe Muguruza, cuarta favorita, se medirá contra la australiana Samantha Stosur, finalista en París en 2010 y vencedora en Estados Unidos de un Gran Slam al año siguiente