El deporte adaptado trabaja con optimismo para romper las barreras que le impiden llegar a la sociedad y ofrecer las hazañas que consiguen. Estos deportistas son héroes. Si el éxito es un premio reservado para unos pocos, ellos encuentran muchas dificultades en el camino hacia él.

La labor de entidades sin ánimo de lucro, como Ademadis, es fundamental en el día a día de estos atletas. La Asociación de Deportistas Malagueños Discapacitados se constituyó en el año 2014 por un grupo de deportistas paralímpicos y técnicos, con el objetivo de crear un espacio para compartir experiencias profesionales y personales. Representan con orgullo a Málaga en cada competición, dejan a un lado sus problemas personales y solamente buscan que los ayuden a encontrar patrocinadores.

Los deportistas discapacitados tienen un lugar asignado en la amplía sala de un edificio denominado «deporte». A este espacio se incorporan infinidad de atletas y modalidades en busca de un lugar donde asentarse. Sin embargo, la comodidad de los asientos no es la misma para todos. El acceso a la primera fila, donde se encuentran los flashes y la fama, solo está reservado para unos privilegiados.

Todos los deportistas deberían tener los mismos reconocimientos, algo complicado porque no todos mueven la misma masa social ni cuentan con los mismos apoyos económicos. Desgraciadamente el deporte va dejando valores esenciales como superación, esfuerzo o compromiso, que han sido engullidos por el dinero.

Alcanzar la cima en cualquier competición deportiva no es una labor fácil. Hay que dejar a un lado infinidad de momentos junto a la familia o amigos y encerrarse en los entrenamientos para adquirir la mejor preparación, tanto física como mental.

En España, el fútbol arrastra a millones de aficionados, se lleva el mejor de los apoyos económicos y centra la atención mediática. Y ante este liderazgo, ¿qué hacen el resto de disciplinas? La respuesta es sencilla: trabajar, trabajar y no perder nunca la esperanza de ganarse un reconocimiento del público.

Ademadis ejerce esa labor de asesoramiento al intentar facilitarles a los deportistas discapacitados todos lo que necesitan para triunfar en sus actividades profesionales. No son muy conocidos en la ciudad y quiere sustentar su trabajo en dos pilares fundamentales: fomentar el conocimiento y la práctica del deporte adaptado en los centros escolares.

Estos atletas, mediante charlas, enseñan a los niños a comprobar que rendirse es el último recurso en una situación complicada y con fuerza de voluntad se puede cumplir cualquier sueño. Dos ejemplos fundamentales en esta entidad sin ánimo de lucro son Antonio Henares, uno de los mejores jugadores de baloncesto en silla de ruedas, y Carlos Soler, esgrimista en silla de ruedas y actual seleccionador nacional en esta disciplina.

Las distintas delegaciones, de deporte adaptado con las que trabaja Ademadis son: baile de salón, baloncesto, ciclismo, esgrima, natación, pádel, tenis y triatlón. Cada una de ellas está representada por un deportista.

Los gastos generados por la asociación corren por cuenta del presidente, Antonio Vara, y del resto de miembros. Los deportistas adaptados tiene que seleccionar las competiciones en las que participar ante la falta de recursos. Algo inusual en otros deportes. Llegan a las competiciones y se encuentran todo lo necesario para participar.

Las prótesis para competiciones son excesivamente caras, los viajes, los materiales... y, sin estos apoyos, consiguen hazañas deportivas. Hay que aplaudir su esfuerzo.