El malagueño Miguel Ángel Jiménez se quedó ayer a las puertas de levantar su primer Open Británico, éste en categoría senior, tras un doloroso final, en el que cometió un doble bogey en el último hoyo que le privó del triunfo, que finalmente se llevó el inglés Paul Broadhurst.

No fue el día del malagueño en el complicado recorrido escocés de Carnoustie, al que paradójicamente Jiménez había calificado como «obra maestra», donde firmó una tarjeta de tres sobre par, que le llevaron a la tercera posición del torneo. Se le resiste la victoria en un major al churrianero, que tendrá más oportunidades de conseguirlo en el PGA Championship.

La última vuelta de Miguel comenzó sin grandes sobresaltos, con cinco pares consecutivos y un birdie en el hoyo seis que hacían presagiar lo mejor. Pero a partir del hoyo 10 la vuelta del malagueño se torció al cometer un doble bogey que le lastró.

Miguel se rehizo rápido con un magistral birdie al hoyo siguiente, pero volvió a tropezar en el hoyo 13 con otro bogey. Mientras Broadhurst, Mccarron y Atlevi apretaban por detrás. Jiménez, pese a que su ronda se convirtió en una montaña rusa, llegó con opciones al último hoyo, donde fue a por todas para tratar de salvar el golpe de desventaja que había acumulado con el inglés.

Tras una buena salida desde el tee, el malagueño se fue a un bunker en el segundo golpe y su approach fue muy pobre. Cometió un doloroso doble bogey que le impidió añadir un Open Británico a su extenso palmarés.