Luis Ángel Maté ya puede decir que ha corrido cinco veces el Tour de Francia. El ciclista marbellí ya está de nuevo en casa, recién aterrizado desde París, aunque no será más que por unos días, ya que la temporada todavía no ha terminado para él. El sábado estará de nuevo en liza en otra prueba del World Tour: la Clásica de San Sebastián.

El malagueño hace ahora balance de este Tour, que califica como «positivo» y en el que asegura que acaba «contento» tanto personalmente como en lo que se refiere al trabajo de equipo. «En líneas generales creo que ha salido un buen Tour. No se ha logrado la victoria de etapa pero hemos peleado con todos nuestros medios, jugando nuestras cartas lo mejor posible. Cuando se da todo, no hay mucho que reprocharse», explicó.

La ausencia de Nacer Bouhanni ha marcado esta carrera para el equipo Cofidis, que ha visto cambiada su forma de correr: «Nos habíamos acostumbrado a ser más controladores buscando llegar al sprint, y hemos cambiado de nuevo para hacer un ciclismo algo más ofensivo aunque sin volvernos locos. En las etapas llanas hemos estado con Christophe Laporte y en las de montaña buscando la fuga». De esas fugas, una llevó al Lince Andaluz hasta Lac de Payolle.

En aquella jornada, Maté acabó sexto, en su mejor puesto en una etapa de una gran vuelta hasta ahora. Pero si tiene que destacar algún momento más, desde luego, la etapa de Morzine ocupa un lugar privilegiado pues subió prácticamente todo el Jeux Plane con los más fuertes, mientras hombres de la general como Fabio Aru o Bauke Mollema quedaban atrás. «Fue un día duro por el recorrido y el tiempo».