Hubo un tiempo en el que Marbella perdió todo el glamour de antaño. Dejó de ser referencia. Pero ahora ya no. Hace apenas unos días, un restaurante de playa de la localidad granadina de Salobreña remarcaba que se había renovado con una ambientación de «tonos claros» para evocar a los locales de la ciudad costasoleña.

También acaba de ser referenciado el municipio marbellí, por el portal de viajes Trivago, al situarlo entre los destinos de playa más caros de España: 292 euros por noche como media -ningún otro lugar de Andalucía se asoma siquiera a esa cifra-.

En el balompié, Marbella también perdió durante un tiempo el brillo que llegó a alcanzar a principios de los 90. Llegó a ser el equipo de referencia de la provincia, a raíz de la desaparición del CD Málaga. De 1992 a 1996, como Atlético Marbella, militó en la actual Liga 1|2|3. En la histórica primera plantilla en la categoría de plata, la escuadra costasoleña atesoraba en defensa dos jóvenes con talento que precisamente han formado parte, ya como entrenadores, de la trayectoria más reciente del nuevo Marbella FC: Jaime Molina y Loren.

De la mano del millonario ruso Alexander Grinberg, después del una etapa en la que el mencionado Loren se encargó de poner los cimientos para la consolidación del club en la categoría de bronce, la siempre complicada Segunda B, todo apunta a que el proyecto 2016/2017 sí que aspira definitivamente a poder ver cumplido el sueño de su presidente. Grinberg, en la entrevista que nos concedía hace justo dos años, no ocultaba que su meta como dirigente sería devolverle a su ciudad de residencia el fútbol de Segunda A: «Nuestra primera idea es la implantar aquí un club profesional para mucho tiempo», argumentaba.

Apenas tres semanas le han bastado a los pupilos adiestrados ahora por el también exjugador Mehdi Nafti para que de nuevo se hable y mucho del Marbella. El pleno de victorias lo han catapultado al liderato del grupo IV de Segunda B y ha contagiado la ilusión a toda una ciudad. En lo futbolístico, como en tantos y tantos ámbitos de la sociedad, Andalucía se mira en Marbella. Y muchos no lo ocultan. Quieren ser Marbella. O como mínimo, lucir los mismos «tonos claros» que la hacen diferente.

En lo gastronómico también tuvimos la suerte de ver nacer hace escasas fechas la asociación Marbella All Stars, liderada por el chef Diego del Río e integrada por otros «estrellas Michelin» de la ciudad. El colectivo llega para consolidar la etiqueta de gran destino gastronómico que atesora el municipio. Lo mejor de todo: que en su seno se encuentran también los jóvenes talentos, los recién salidos de esas escuelas de hostelería que tantas penurias arrastran.

De poco sirve llegar a lo más alto si no se mira al futuro, a la cantera. Grinberg, como los mismos dirigentes del Málaga CF, sueña asimismo con tener una potente escuela de fútbol vinculada a su club. Y es precisamente de Marbella uno de los mayores talentos que hoy por hoy posee la cantera del conjunto malaguista: Javier Ontiveros Parra. Remarco el segundo apellido por lo mucho que significa su madre en su trayectoria. Ayer, este joven zurdo anotó dos tantos con el filial del Málaga. Él, internacional en las categorías inferiores con España, también es patrimonio de la «nueva Marbella».