­La 81ª Copa del Rey de baloncesto 2017 aún no tiene «dueño». Madrid y la ACB habían llegado a un acuerdo para que, del 16 al 19 de febrero de 2017, el Barclaycard Center de Madrid acogiera una nueva edición copera en la capital de España, que ya albergó las citas de 2006, 2009 y 2011. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido roces entre el Ayuntamiento de Madrid y la ACB, a pesar de que el acuerdo es con la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el consistorio también tiene voz y voto, el contrato todavía no está firmado y la ACB ha comenzado a buscar otras opciones para que la Copa se celebre en otra ciudad dadas las tiranteces surgidas.

Una de las ciudades que ha mostrado interés en acoger la próxima edición copera es Málaga, según ha podido saber este periódico. La ciudad vivió la gran fiesta del baloncesto español en 2014 y ya se había posicionado para tratar de que la Copa volviera en 2018, toda vez que Madrid 2017 parecía una realidad y que Las Palmas también había avanzado para que la Copa regresase a Gran Canaria en 2019.

Pero este inesperado movimiento de la ACB hace ahora albergar esperanzas en la ciudad. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torres, se ha mostrado siempre cercano a la ACB y a la Copa, que tiene un impacto económico y de imagen al exterior que multiplica la inversión que se realiza.

La ACB exige algo más de un millón de euros a través del pago de un canon, sin embargo el impacto que tuvo en Málaga en 2014 fue brutal. La propia empresa pública «Turismo Andaluz» lo cifró en su día en 21 millones de euros, según un informe presentado por el organismo. De ellos, 11 fueron ingresos directos originados por el evento -entre el gasto de asistentes, organización, patrocinadores y medios acreditados-, casi 4,5 fueron beneficios generados en medios por la presencia de la marca Málaga y más de 3.4 fueron ingresos para la Hacienda Pública, además de dos más en otros conceptos.

Acuerdo institucional

La Copa del Rey de Málaga 2014 pasó a la historia como la que tuvo más asistentes llegados de fuera de la provincia -más de 8.000-, que gastaron un promedio de 993 euros durante el torneo, por 206 euros de media por parte de los malagueños.

En total, se originó un flujo de movilidad de más de 166.000 personas y un gasto total de más de 9 millones de euros entre restauración, transporte, hostelería y comercio minorista.

El canon lo abonaron a medias el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación de Málaga y la Consejería de Turismo y Deportes. Y ahora debe existir de nuevo esa alianza que tan buenos frutos ha dado hasta el momento.

El problema es que Málaga no es la única ciudad que se ha posicionado. Existen al menos otras dos interesadas, que están dispuestas a seducir a la ACB y a cumplir con el canon. Eso, por supuesto, siempre que Madrid y la ACB no arreglen sus actuales diferencias, algo que podría producirse.