­­­Una vez pasa el mes de septiembre, los ciclistas cambian las carreteras abarrotadas, los focos mediáticos y los gritos de ánimo a 190 pulsaciones por la soledad, el anonimato y lo que es más importante: la preparación para lo que viene. Y en esa fase se encuentra ahora inmerso Luis Ángel Maté. En su Marbella natal, el «Lince» recarga energías.

Para empezar, miremos hacia atrás. ¿Qué balance hace de la temporada que acaba?

En líneas generales hago un balance bastante positivo. Desde el principio del año, desde enero hasta el final -y ha sido una temporada muy larga- he mostrado buen nivel y mucha regularidad. He trabajado para el equipo en las principales carreras como París-Niza, San Remo, el Tour? y luego me vi también con un poco más de lucimiento personal en la Vuelta. He cumplido con lo que el equipo me pedía. Ha habido momentos muy buenos y otros malos, también hay que reconocerlo, pero acabo contento sobre todo por el buen nivel físico de enero a octubre.

Va a cumplir su décima temporada. Y en la pasada Vuelta cumplió diez «Grandes». Además, todas acabadas. ¿Va cogiendo una visión más en perspectiva de tu carrera deportiva?

Empiezan a ser unos números que asustan un poco. Uno es consciente de que ya son muchos años en este nivel. A pesar de esto, sigo con la misma ilusión que al principio y con muchas ganas. Ahora empiezo a entrenar y estoy deseándolo ya. Pese a llevar diez vueltas grandes, creo que la mejor versión de Luis Ángel Maté en estas carreras está por llegar. Soy un corredor de fondo, llevo muchos años trabajando en esto, en dar pasos adelante e ir mejorando cada temporada. Creo que aún tengo pasos por dar.

Toca ahora mirar al 2017. ¿En qué fase de la preparación está?

Acabo de terminar el período de descanso, que es casi tan importante como el entrenamiento. He terminado de tres semanas parado, ha sido un año exigente pero en el que he acabado bien. He regenerado mejor de lo que esperaba y ya he empezado esta semana a entrenar. Tenía hambre de bici y dispuesto a mejorar algunas cosas que he encontrado. Para mí es como volver al colegio. Intentaré añadir cosas nuevas a la preparación y limar las que no han sido tan buenas.

Un año en el que, además, acaba contrato con Cofidis. ¿Sigue viendo su futuro de blanco y rojo?

Creo que estoy en mi mejor momento como ciclista y aún puedo mejorar, y creo que los próximos dos o tres serán aún mejores. Me veo todavía mucho tiempo más al máximo nivel y desde luego voy a seguir trabajando para ello. En cuanto a mi futuro, todavía es pronto. Estoy muy a gusto en Cofidis y pensando en la próxima temporada. Ya llegará el momento de verlo.

Recientemente se ha confirmado que su Academia Ciclista afrontará su cuarto año. ¿Pensaba llegar hasta aquí cuando la puso en marcha?

Es una pasada. He recibido un montón de mensajes, que me han hecho muchísima ilusión, entre ellos uno de Eusebio Unzue. Que el director del mejor equipo del mundo alabe este proyecto me emociona. Eso lo resume todo: el ciclismo me ha dado todo lo que soy, y aún a día de hoy me sigue enseñando muchísimas cosas. Me siento en deuda con este deporte, y si se le puede devolver sólo un poco ya será algo inmenso. Esa es la filosofía que tenemos y espero que gracias al apoyo de la gente pueda seguir muchos años más.