Ricardo Guillén seguirá mostrando su talento en las canchas de baloncesto. No será en LEB Oro, donde ha atesorado todos los récords de puntuación y valoración de la categoría. Richi da un paso a un lado y, aunque descuelga las zapatillas una semana después de anunciar su retirada, el ala-pívot matará el gusanillo en Primera Nacional, una competición menor. El jugador, a sus 40 años, ha aceptado la propuesta del CB Marbella, donde se encontrará con su amigo Francis Tomé, director técnico del club y entrenador del equipo con quien trabajó en el Clínicas Rincón en LEB Oro, y además realizará una labor específica con la cantera.

Richi y el presidente del CB Marbella, Enrique Agüera, han llegado a un acuerdo para que el ala-pívot realice una labor de tecnificación con varios grupos y con jugadores de la entidad, y se integrará, ya la próxima temporada, al club dentro de su staff técnico. Mientras, el jugador realizará este trabajo de perfeccionamiento y aprovechará para mantener la forma y jugar con el primer equipo. De hecho, hoy mismo debutará ante el filial del Granada.

Guillén lleva en negociaciones varios días con el club marbellí. De hecho, el tema es la «comidilla» de las conversaciones en el baloncesto malagueño y también dentro de algún equipo provincial de Primera Nacional, que ve la incorporación de Ricardo Guillén al conjunto marbellí como un factor realmente desequilibrante. El CB Marbella está firmando un arranque de temporada realmente positivo y este fin de semana recibe al filial del Fundación Granada.

El compromiso entre las dos partes está totalmente pactado ya, tan sólo una semana después de que Guillén decidiera dejar el baloncesto profesional, al no recibir ofertas próximas a su caché o su nivel. El tinerfeño afincado en Málaga ha emprendido un proyecto personal, junto a Miguel García -ex del Unicaja-, y han puesto en marcha una escuela de baloncesto que ya presta servicio a varios municipios de la provincia.

De esta forma, Guillén seguirá jugando al baloncesto, aunque a un nivel y en una categoría alejada ya de las exigencias de la alta competición, y une también su destino a un club incipiente y en crecimiento como el CB Marbella, que lleva un par de años trabajando con mucha seriedad y siendo cabeza de la vanguardia de la educación y el baloncesto malagueño y andaluz.