Veinticinco años se cumplen hoy del debut de Juan Gómez "Juanito" como entrenador del Mérida, un estreno con victoria (1-2) en un estadio mítico, San Mames, ante el filial del Athletic Club de Bilbao, que despertó mucha expectación y en el que no faltaron las anécdotas alrededor del eléctrico siete madridista.

Durante el paseo matutino por Bilbao para estirar las piernas, Juanito hizo un aparte con cuatro jugadores, Toribio, Ricardo, Parra y Pepe Pla, a los que contó múltiples curiosidades de su carrera y les aconsejó que, si ganaban dinero, no invirtieran "en el ladrillo".

Lo desvela el jugador extremeño Pepe Pla en el libro "Juanito. Sus 141 días como entrenador", del periodista José Antonio Reina y Manuel Jiménez "Lolino", preparador físico en aquella etapa.

En él se relata que la llegada del Mérida al hotel Ercilla de Bilbao estuvo rodeada de una expectación impropia de un partido de Segunda División, todo por Juanito.

Ya en los vestuarios, anotó su primera consigna en la pizarra: "Cuando el balón está en el otro lado, cada uno hace la cobertura al otro".

Introdujo sólo un cambio sobre la última alineación y apostó por un 4-4-2 con una defensa en línea bastante adelantada.

El serbio Josip Visnjic, que justo ese día cumplió 25 años, no se enteraba de mucho porque era su primera temporada en España y no entendía el idioma, ha recordado hoy.

Los movimientos tácticos se los enseñaba con once monedas de veinte duros de la época. El centrocampista, que guarda un grato recuerdo de él, ha señalado que no era muy táctico; era un entrenador muy natural, comunicativo, al que le gustaba dar ánimos y que salía a ganar los partidos.

El equipo romano, cuya portería defendió Cañizares, venció con goles de Paquito y Morón, mientras que Garitano acortó distancias para los locales. Unos 10.000 espectadores asistieron el partido, en el que el Mérida fue recibido con aplausos y fue despedido con una ovación. "En San Mamés, la afición entiende de fútbol", dijo después Juanito en sala de prensa.

En busca de un trampolín había llegado días antes a un Mérida que había arrancado mal la temporada 1991-92 "aquel desaliñado Juanito, sin afeitar, con lo puesto, zarandeado por la vida, desvalido", como lo describe el periodista Urbano García en el libro.

Hubo poco tiempo para evaluar al entrenador -19 partidos de Liga, dos de Copa y un amistoso-, pero tenía un "futuro enorme" y su carrera como técnico podría haber sido la de otros grandes exjugadores como Camacho, Valdano o Guardiola, según dijo a Efe Lolino con motivo de la presentación de su libro, que debutó con él como preparador físico.

Apostó por un fútbol de ataque y firmó números para que el equipo disputase el ascenso. Asegurar, atención, cualidades, decisión, inteligencia, pensar rápido, apoyos y listo eran conceptos que aparecían en la pizarra del malagueño, que consideraba que las jugadas de estrategias serían claves en el fútbol moderno.

Juanito, que fichó por el Mérida por cuatro millones de pesetas -15 en caso de ascenso-, renovó poco antes de su trágica muerte en la carretera, cuando volvía de ver una partido europeo de su Madrid, aunque había indicios que apuntaban que la temporada siguiente iba a entrenar al Burgos en Primera.

"Veníamos de una mala racha y todo iba bien...", ha señalado hoy Visnjic sobre el triste desenlace de aquella etapa.