La fiebre por el running no deja de deparar más y más pruebas populares en las que grandes y pequeños, personas de cualquier condición social o física, disfrutan del deporte en estado puro. Ayer le tocó el turno al circuito nacional de la Renault Street Run que, a partir de las diez de la mañana, vivió en Málaga la sexta prueba de un calendario que ya ha deparado carreras en Albacete, Palma de Mallorca, Valencia, Oviedo y Madrid. Alrededor de 1.500 corredores participaron en alguna de las dos distancias propuestas, de cinco y diez kilómetros prácticamente llanos -con salida y meta en el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga-.

Los participantes se enfrentaron a un circuito que, en el trayecto más corto, alcanzaba la rotonda de la urbanización de Sacaba, mientras que en trayecto largo tenía como punto de regreso hacia la salida en la plaza Antonio Molina. Los organizadores expresaron a la conclusión de la carrera que las dos únicas ciudades restantes, dentro del programa nacional de hasta ocho pruebas, son Maspalomas (Gran Canaria) y Viladecans (Barcelona).

También se hizo hincapié en que estas carreras representan un punto de inflexión en cuanto a la seguridad que ofrecen a los participantes. La clave está en la puesta en marcha de undispositivo especial, integrado por un grupo de profesionales médicos, enfermeros, ATS, licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, bomberos y personal cualificado y titulado en el uso de los desfibriladores, «cuyo objetivo es prevenir la muerte súbita del deportista en competición y prestar asistencia en situaciones de emergencia».