Domingo de Ramos, 20 de marzo de 2016. En plena celebración de los primeros desfiles procesionales de la Semana Santa en la capital malagueña, los conjuntos filiales de El Palo y el Alhaurín de la Torre disputaban un encuentro aplazado con el ascenso en juego. Hubo bastante tensión entre futbolistas durante el duelo, pero lo último que se podía esperar es que un jugador local, con el partido terminado, apuñalara sobre el césped a uno de sus rivales.

Samuel Galán estuvo a punto de morir a los 24 años de edad sobre un terreno de juegoSamuel Galán, concretamente sobre el de San Ignacio, en El Palo. Recibió dos puñaladas en el tórax y tuvo que permanecer ingresado en el hospital durante una semana. Los dos futbolistas inicialmente acusados de la agresión fueron ingresados en prisión de forma preventiva. De todo aquello han transcurrido apenas diez meses. Hoy, no obstante, ambas escuadras vuelven al lugar de los hechos.

El presidente del Lauro, Francisco Flores, indica a este periódico que se trata de «un partido más». Explica que las relaciones entre ambos clubes siempre han sido buenas y lo seguirán siendo, porque lo sucedido el pasado Domingo de Ramos fue un desgraciado accidente, con protagonistas que en su día fueron expulsados del fútbol.

«Samuel sigue entrenando con sus compañeros. No tiene ficha federativa porque no tiene el alta médica. Los doctores nos han explicado que la recuperación es lenta. Lo importante es que se pasó página a lo que ocurrió aquel día y no quedan secuelas», concluye el propio Flores, uno de los históricos entrenadores malagueños en categorías como la Tercera División.

A partir de las seis de la tarde vuelven a verse las caras El Palo B y el Alhaurín de la Torre B. En San Ignacio, como aquel fatídico Domingo de Ramos. Entonces militaban en Tercera Andaluza, ahora están una categoría por encima. No se juegan el ascenso. No tiene por qué haber tensión alguna. El Comité de Competición de la Federación Malagueña decidió retirar la licencia federativa de los dos jugadores de El Palo B, Mohsine S. y Salvador A. G., implicados presuntamente en el apuñalamiento. Ambos, el primero como autor material, siguen aún en prisión preventiva.

Jugadores de una y otra plantilla quieren que viva el fútbol. Que nadie dude de que la violencia debe estar, obligatoriamente, lejos de los terrenos de juego. Por este maravilloso deporte. Por el balompié malagueño. Sobre todo, por Samuel Galán y sus ganas de volver a sentirse futbolista.