La Delegación Malagueña de la Federación Andaluza de Baloncesto, que dirige Ricardo Bandrés, se puso ayer en contacto con el árbitro que supuestamente fue agredido por varios padres después de un partido de baloncesto para transmitirle su solidaridad y ponerse a disposición del joven. En este sentido, le organismo le ha comunicado que le puede asesorar legalmente, ya que la intención de J.C.A., el colegiado de 28 años que recibió «patadas y puñetazos», según su testimonio y el de varios presentes, es la de denunciar en el juzgado los hechos para que la justicia actúe, aclare lo sucedido y condene, si lo estima oportuno, a los presuntos agresores en la trifulca del sábado.

El CB Ciudad de Melilla, uno de los clubes con más solera en la provincia, sigue recabando datos e información. El domingo ya decidió apartar de forma temporal a los tres jugadores cuyos padres participaron, presuntamente, en la pelea, tras un partido ante el CB Benalmádena.

El club y los padres insisten, eso sí, en especificar que los hechos nada tienen que ver con el desarrollo del partido ni con el baloncesto. Si no que se trata de un hecho ajeno, sucedido en el parking del pabellón de Benalmádena, por una cuestión diferente.