El hasta ahora capitán del CD UMA Antequera asume el reto de ser miembro del cuerpo técnico de Moli en el nuevo proyecto deportivo. Tete, a sus 42 años, ha conseguido forjar una leyenda irrepetible a los mandos de la nave universitaria. Desde su llegada en la temporada 2008/2009, ha asumido con responsabilidad la capitanía de un grupo de jugadores jóvenes e ilusionados de llevar al fútbol sala malagueño hasta el peldaño más alto. El trayecto no ha sido nada fácil y el ‘10’, una prolongación del entrenador en la pista, se ha encargado de aportar toda su experiencia a sus compañeros para acotar la distancia con un puerto único, la Primera División, y disfrutar de un hito deportivo en la historia del club.

Tete dirigió el ascenso del plantel antequerano a la máxima categoría de la Liga Nacional de Fútbol Sala en la campaña 2015/2016. Un curso más tarde y, tras convertirse en el máximo goleador del equipo con 23 tantos en 29 partidos, anunció su retirada. El 40x20 iba a perder a un jugador especial y mágico con el balón en los pies, pero el entrenador fue el artífice de convencer al ala para liderar una plantilla joven en la vuelta a Segunda División y dirigir la formación de las nuevas promesas de la entidad. "Fue una situación extraña. Ya se había anunciado mi retirada, estaba muy contento con mi nuevo rol en el club, pero todos sabéis la unión que tengo con Moli, su insistencia y nuestra amistad hizo que volviese de nuevo a las pistas, unido al amor que tengo por el CD UMA Antequera”, esclarece.

Una vez más la respuesta del capitán fue admirable. Se calzó con profesionalidad las botas e impartió en cada uno de los partidos una clase magistral. El ‘10’, junto a un bloque muy competitivo, volvió a ilusionar a la afición del Pabellón Fernando Argüelles con el regreso a la élite. Por segundo año consecutivo, terminó como pichichi al marcar 15 goles en Liga y dos en la eliminatoria de Copa del Rey. “Si soy sincero tenía mis dudas de alcanzar un nivel alto, ya que el año en Primera hice una gran temporada. Los años no pasan en balde. Soy consciente de la edad que tengo, pero no me puedo quejar. Empecé un mes más tarde que el resto y fui cogiendo el ritmo poco a poco. He acabado con muy buenos números a nivel personal. Lo principal es que de nuevo me sentí importante para el equipo y jugando muchísimos minutos, señal de que muy mal del todo no estuve”, indica.

La última competición liguera del conjunto malagueño tras el descenso superó cualquier expectativa. Subir de categoría pasó de ser un objetivo ilusionante a transformarse en una meta alcanzable hasta la última jornada. Naturpellet Segovia salió vencedor de un batalla trepidante por un punto de ventaja en la clasificación y O Parrulo Ferrol frenó una marcha ganadora en el play-off. La leyenda del CD UMA Antequera no pudo poner un broche de oro a su vuelta a las canchas y, a partir de ahora, desempeñará un nuevo rol en la estructura del club. El cuerpo técnico de Moli contará con una pieza de lujo para conservar el futuro prometedor de un conjunto con recursos suficientes para triunfar. Tete llevará al banquillo su trabajo, capacidad de liderazgo, conocimiento del fútbol sala más competitivo e ilusión por transmitir a la plantilla una filosofía de imponer el juego limpio en cualquier victoria.

Los valores adquieren cada vez más importancia en el deporte y el fútbol sala quiere ser un ejemplo a la hora de imponer el máximo respecto entre todos los jugadores a la hora de competir. El ala malagueño nunca ha sido sancionado ni tampoco expulsado con roja directa en sus 24 temporadas como profesional, al igual que en categorías inferiores, por lo que no se plantea cómo puede influir una gran carrera deportiva en su futuro en los banquillos. "Cuando era jugador casi siempre iba pensando en el día a día, temporada a temporada y ahora mismo pienso igual en esta etapa. Quiero disfrutar de mi nueva función, pero una cosa tengo clara, no me imagino una vida alejada del fútbol sala, ya sea con el primer equipo, con la escuela Red Blue de la Universidad de Málaga o formando a las nuevas generaciones”.

"Quería dar las gracias a todos los compañeros que han convivido conmigo a lo largo de mi carrera y estas últimas temporadas en el CD UMA Antequera; al presidente, Pedro Montiel, por confiar siempre en este proyecto; al cuerpo técnico formado por Agustín, Nacho, José Carlos, Kike y Claudio; y en especial, a más que mi entrenador, mi segundo padre, Moli. Gracias a mi mujer Lourdes y a mis hijas por apoyarme, consolarme, motivarme y, sobre todo, aguantarme con el dichoso fútbol sala. Y a mis padres, porque gracias a ellos pude conseguir mi sueño. Os quiero. Para terminar, también quería agradecer todas las muestras de cariño que ha tenido hacia mí la afición, en especial a la Peña UMA Antequera "Tete". "Solo con ver mi nombre en la peña, ya es para sentirse orgulloso", expresa la leyenda del conjunto universitario.