Con menos contundencia que el sábado en Benahavís, con un baloncesto menos vistoso y teniendo que esperar hasta el tercer cuarto para quebrar la resistencia del rival, España resolvió anoche en Estepona, otra vez por 20 puntos de diferencia, su segundo y último amistoso de la concentración del equipo nacional en tierras costasoleñas, ante una Israel, con la lección aprendida del día anterior, que discutió mientras pudo la enorme superioridad de los de Sergio Scariolo.

De nuevo fueron parte activa del éxito los dos canteranos cajistas que se han estrenado en esta concentración. Alberto Díaz fue titular. El base del Unicaja jugó 22 minutos y aportó 2 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y esa garra que contagia al resto y que las estadísticas no cuantifican. El marbellí Rubén Guerrero, criado en Los Guindos y viviendo ahora el sueño americano de la NCAA, salió desde el banco y también puso su granito de arena con otros 4 puntos y 5 rebotes.

La verdad es que la selección nacional volvió a demostrar que por detrás de los primeros espadas hay también mucho y bueno donde elegir. Una segunda unidad plagada de calidad y talento que parece ya preparada para grandes gestas, a poco que las estrellas vayan dejando hueco en las convocatorias.

La semana de trabajo en Benahavís ha servido para que este grupo haga «equipo» y para poner unas bases necesarias ante el nuevo panorama que se presenta en el baloncesto europeo, con los parones durante el curso para jugar partidos internacionales. Ahí los NBA estarán ausentes y casi todos los que han estado en esta concentración serán los que tengan que tirar del carro del equipo nacional.

No fue un gran partido. Ni España ni Israel jugaron un buen baloncesto. El 12-9 del final del primer cuarto fue más por errores de ambos en ataque que por mérito de las defensas rivales. El equipo de Scariolo apretó en el segundo parcial, se fue de 9 y amenazó con romper a Israel, pero sin acierto desde el perímetro (dos triples en toda la primera parte, con un 20% de acierto) solo pudo alcanzar el intermedio 8 arriba, 31-23.

En el tercer cuarto, más de lo mismo. Oriola se puso serio en la pintura, los centímetros de España dominaron bajo los aros y la diferencia creció a una máxima de 17, 44-27, a 6:03 pra el final del cuarto.

Los últimos 10 minutos, España ya no sintió ninguna presión. Scariolo rotó su banquillo en busca de dar minutos a todos sus internacionales, que repitieron la diferencia de 20 arriba con el bocinazo final.

España se despide de la Costa del Sol con 7 días de trabajo, dos victorias en sendos amistosos y pendientes del 28 de julio, fecha en la que el equipo nacional, ya con todas su estrellas, se vuelve a concentrar para comenzar a preparar el Eurobásket. En esa cita repetirán seis jugadores respecto a ésta de Benahavís.