Regresa la Liga, vuelve el espectáculo. El CD UMA Antequera inicia una partida de enjundia en el complicado tablero de Segunda División. En la edición anterior terminó a un peldaño de alcanzar la casilla final y la vuelta a la elite del fútbol sala nacional. O Parrulo Ferrol eliminó a la ficha verde y rompió el sueño de una afición entregada al ingenio competitivo de un grupo de jugadores. El descenso de categoría, lejos de convertirse en una pesada carga, había alimentado la inspiración de Manuel Luiggi Carrasco «Moli» para configurar un bloque ganador. Hasta la última fecha del calendario mantuvo un ceñido mano a mano con Naturpellet Segovia por la plaza de ascenso directo. No pudo ser.

Unos meses más tarde, el estreno liguero posiciona a los universitarios en la lista de favoritos por el ascenso a Primera División. La retirada de José Antonio Borrego «Tete», el responsable de las páginas más apasionantes de la historia reciente del club, marca un cambio de registro en la plantilla. La juventud abandera el nuevo proyecto deportivo bajo la supervisión de un capitán infatigable, José Crispín «Crispi». La pretemporada invita al optimismo y renueva la ilusión de un equipo acostumbrado a asumir desafíos cruciales en las últimas tres temporadas. La llegada de cuatro fichajes conserva el potencial global del grupo e incrementa la lucha interna por lograr protagonismo en la rotación. El técnico no tiene acabado el equipo, todavía es pronto para calibrar sus opciones en un campeonato exigente. La intensa carga física de la fase preparatoria y la acumulación de entrenamientos impide esbozar la idea de juego definitiva. Las probaturas terminan, al igual que el margen de error, el empujón final llega ya en los compromisos oficiales.

El cartel de la categoría de plata cubre cualquier expectativa. Cada fin de semana habrá una cita con el mejor fútbol sala en diferentes puntos de la geografía española. El plantel verde, impulsor de la apuesta por una formación académica de calidad paralela a la competición de élite, se examinará continuamente delante de clubes muy superiores en cuanto a presupuesto y confeccionados a partir de incorporaciones de primer nivel procedentes de destinos punteros o del máximo escalafón nacional. El formato de la Liga supone la principal novedad de esta campaña. 16 participantes, dos más que el curso precedente, miden sus fuerzas por una plaza de acceso directo a Primera y cuatro de play off de ascenso, a la vez que quieren evitar las tres plazas de descenso.

El CD UMA Antequera le espera para empezar un choque muy serio en el pabellón Ciudad de Castellón, por el adversario y la importancia de arrancar con un triunfo, después de una fase de rodaje en línea ascendente. Bisontes Castellón no cumple las características principales de un recién ascendido desde Segunda B. La entidad lleva cuatro años trabajando en la consolidación de una prometedora escuadra capaz de retornar al escaparate nacional y se encuentra respaldada por una afición que se acostumbró a disfrutar de la cúspide de este deporte de la mano del extinguido Playas de Castellón. Este sábado, a las 17.30 horas, rueda por fin el balón. «Ya teníamos ganas de que comenzara la Liga para eso tanto trabajo de pretemporada. La gente está muy motivada, entrenando duro», resumió Moli.