La playa de La Malagueta acogió esta matinal de sábado la VII Travesía Real Club Mediterráneo-Memorial Tomás García Zamudio, en el que el oleaje fue el protagonista, aunque no impidió la disputa de la prueba.

Casi 400 nadadores se lanzaron al agua en las dos pruebas de que constaba esta tradicional cita deportiva en la bahía de Málaga. Y es que la competición constó de una prueba popular de 1.500 metros y otra infantil de 400 metros.

Ante un gran ambiente, con familiares, amigos y muchos curiosos, la salida de los 1.500 metros (para mayores de 14 años) se realizó pasadas las 11:30 horas, en la playa de la Malagueta, junto a las instalaciones del club. El mal estado del mar, con oleaje pronunciado en partes de la prueba y la temperatura del agua provocó un esfuerzo extra para los participantes. El ganador final fue el joven de 14 años Ángel Oña, de Inacua, con un tiempo de 19'21''.

"Ha sido una carrera dura por el agua fría y el oleaje. Me he encontrado bien tras pasar la primera boya. Es un orgullo ganar esta travesía, a cualquiera le gusta ganar", dijo Ángel tras concluir la prueba.

En categoría femenina, la vencedora fue Zaira Cayuela de 13 años, de Inacua, con un tiempo de 20'41''. "Al principio no había tantas olas, luego ha sido más pesada. Me ha gustado. El agua estaba muy fría. Me dedico a la natación desde pequeña. He competido ya en el Campeonato de España de Aguas Abiertas, quedé octava. En el de Andalucía fui tercera", apuntó esta joven promesa de la natación malagueña

Una hora después, se disputó la carrera infantil en el interior del puerto deportivo para niños entre los 10 y los 13 años. El ganador de esta segunda carrera fue Miguel Ángel Navas (5'20'').

Al final de la competición se entregaron los premios a los tres primeros clasificados por categoría en cada prueba. El ganador absoluto de la prueba popular podrá obtener el trofeo en propiedad si gana tres ediciones consecutivas.

La travesía es un homenaje a Tomás García Zamudio, una de las figuras más emblemáticas de la natación malagueña. Fue un estandarte de esta disciplina desde sus comienzos como deportista en los años 30 en la misma playa que ahora acoge el memorial en su honor.

Durante 35 años y hasta su fallecimiento en 2008 fue delegado federativo e impulsó proyectos como la primera piscina de 50 metros del Real Club Mediterráneo o la posterior cubierta; la creación de un centro de alto rendimiento en Cerrado de Calderón o el Centro Náutico Inacua, que han permitido situar a Málaga como un referente en las diferentes disciplinas olímpicas de natación, promoviendo figuras de la talla de María Peláez.