«Estoy sano, tengo gasolina, me siento bien, he demostrado que puedo jugar 20 minutos a buen nivel y quiero seguir jugando al baloncesto». Es Carlos Cabezas. Probablemente, el mejor jugador malagueño de la historia. Y lo dice con un título en las manos. El base sigue haciendo historia. Recién cumplidos los 37 años, el jugador malagueño se ha convertido esta madrugada en el campeón de la Liga Sudamericana, ya que su equipo, el Guaros de Lara de Venezuela, ha derrotado por un contundente 3-1 en el play off final al Estudiantes de Concordia de Argentina. La experiencia de Cabezas en el baloncesto sudamericano no ha podido ser más positiva. Hace apenas un mes fichaba por el Guaros de Lara, en la previa de la disputa de la gran final, y sólo cuatro partidos le han bastado al base costasoleño y a su equipo para proclamarse campeones.

Carlos habla eufórico con La Opinión antes de viajar desde Argentina a Venezuela, donde ahora festejarán el título. El Guaros está asentado en la localidad de Barquisimeto, a cuatro horas en coche de Caracas. El malagueño vive en un bloque de apartamentos propiedad del dueño del equipo, Jorge Hernández. «La vida aquí es diferente a España, pero estamos muy bien. Hay protecciones y las lógicas medidas de seguridad. Pero le estoy muy agradecido al señor Hernández por esta oportunidad. Los jugadores de fuera vivimos en el edificio y jugamos en un pabellón increíble. La experiencia está siendo maravillosa. Aquí nos tratan genial. Y es una aventura que me apetecía vivir», relata el base. Tras ganarlo todo en el baloncesto ACB con el Unicaja, vivir una fructífera experiencia en el Khimki, pasar por otros equipos españoles como Baskonia, Zaragoza, Murcia o Sevilla, Cabezas, campeón del mundo con la selección española de baloncesto, decidió aceptar la propuesta del equipo venezolano para seguir ampliando sus metas.

«Me ha sorprendido la competitividad que hay en Sudamérica. Aquí es un juego más físico, hay menos talento. Pero es baloncesto puro, muy pillo. Las puertas las tengo ahora abiertas en todos lados. Tengo la edad y la experiencia para poder elegir y tener nuevas experiencias. Quizá ahora algunos directores deportivos que tuvieron dudas en Europa ahora ven que puedo seguir jugando. He tenido minutos importantes, con 20 de media. He demostrado que puede jugar a un gran nivel. Y esto no para aquí, quiero seguir jugando, tengo gasolina», dice el genial base malagueño.

«Soy un ganador, me he levantado. El cosquilleo de haber jugado una final y devolver la alegría a esta gente». Es Carlos Cabezas y causa alegría verle de nuevo así. El jugador malagueño arrancó con dos victorias la gran final entre Guaros de Lara y el Estudiantes argentino. La serie se fue a Argentina. Tras un triunfo del Estudiantes, esta pasada madrugada Guaros de Lara venció por 79 a 82 y se proclamó campeón de la Liga Sudamericana (3-1). El equipo de Carlos Cabezas sumó el único título que restaba a su palmarés y le convierte en el gran dominador continental de los últimos años.

Cabezas firmó un contrato para jugar esta gran final y con la opción de prorrogarlo si era campeón para seguir jugando allí la Liga nacional de Venezuela, algo que deberá ahora decidir. «Nos volvemos a Venezuela porque el equipo juega la Liga Nacional y empieza la recta final. No hay tiempo para muchas celebraciones. Creo que podré jugarla. Hay límites de extranjeros, pero creo que podré jugar algún partido más. Tenemos una cláusula por ambas partes para seguir. Pase lo que pase, el día 22 me vuelvo a Málaga para pasar la Navidad. Me encanta España y la Liga Endesa, vengo sorprendido por la competición que hay en Sudamérica. Tento las puertas abiertas para seguir. Me ha gustado este baloncesto», añade Carlitos.

Cabezas vuelve a estar en el candelero. En el partido decisivo firmó 5 puntos en 19 minutos, a lo que sumó 4 asistencias y 2 robos de balón para irse a 8 de valoración. El malagueño engorda aún más un palmarés increíble que, a sus 37 años, sigue creciendo.