El malagueño Antonio Carlos Ortega, el deportista malagueño con más títulos importantes en su palmarés, quiere ser también leyenda en los banquillos. Ha pasado ya por los del Antequera, Veszprem, Kolding y el de la selección de Japón. Y ahora está batiendo todos los récords con el TSV Hannover-Burgdorf, con el que es tercero en la Bundesliga alemana, la mejor Liga de balonmano del mundo.

Antonio Carlos Ortega se ha convertido en uno de los entrenadores de moda en Alemania y en Europa. ¿Cómo le va la vida en el TSV Hannover-Burgdorf?

Estamos bien. La temporada pasada en Dinamarca con el Kolding fue dura en lo deportivo y lo económico. Pero por suerte he podido coger las riendas de un gran proyecto, los jugadores han confiando en nuestra manera trabajar y los resultados van saliendo. Estoy en la mejor Liga del mundo, con buenos resultados hasta ahora. En lo personal, a la hora de coger un proyecto siempre es importante para mí que en la ciudad haya un colegio internacional para los niños. Lo hay, además tenemos una gran comunidad latina, por lo que mi mujer se siente bastante bien, está muy integrada, y los niños también.

Usted ha dirigido ya al Antequera en Liga Asobal, luego llegó a la Final Four de la Champions con el Veszprem y, tras el Kolding danés, ¿cómo surgió la opción del Hannover?

En el Kolding no podía seguir. Les ofrecí romper el contrato al club. Tenía ofertas de equipos nacionales, pero ninguna era la opción ideal para mi familia. Rompí el contrato. Y surgió el tema de Hannover. Les gusté lo que le propuse. Mi agente habló con ellos y nos reunimos. Y al poco tiempo, en mayo, ya negociamos y salió todo bien. Yo, después de reunirnos con ellos, le propuse que Íker (Romero) estuviera conmigo de segundo entrenador. Es importante hablar alemán e Íker, tras 4 años jugando allí, además de tener un gran nombre, mantiene una gran relación con los jugadores, y eso es algo ayudó mucho. Y ahí estamos.

Llegó al Hannover, que se había quedado a dos puntos del descenso, y sólo hizo tres fichajes. Y, además, ya estaban firmados cuando usted se hizo cargo del equipo...

Se ficharon a dos pivotes, Brozovic y Pevnov. Dos jugadores muy grandes, ideales para nuestros sistemas. Los dos los utilizo mucho. Olsen es el central, es clave. Sólo lo utilizo en ataque. Tiene algo especial. Es el genio del equipo y, como tal, es un jugador especial. Häfner es nuestro lateral derecho y va a ser el gran referente de nuestro proyecto. Es muy buen jugador, tiene gol y es alemán. Necesitamos también esa parte de identificación con la gente.

Su Hannover ha sido el líder de la Bundesliga durante más de un mes y ahora ocupa el tercer puesto, en plaza de Champions. ¿Cómo está viviendo este maremágnum de sensaciones?

Sí, tuvimos un comienzo muy difícil, con partidos ante rivales de gran potencial, pero todo salió a pedir de boca. Todo surgió en el primer partido de la Copa. Allí juegas a partido único, y siempre en casa del rival de menor categoría. Y fuimos a jugar en la pista del Lübbecke. Perdíamos por 5 en el primer tiempo y todos estábamos con los fantasmas del pasado. Dijimos que así no podíamos jugar. Que se podía perder, por supuesto. Pero compitiendo y dando la cara. Remontamos y esa victoria fue clave. Se lo creyeron. De ahí surgió nuestra racha. El deporte es un estado mental y el equipo ahora tiene una mentalidad importante. Al no jugar en Europa tenemos toda la semana para prepararnos.

El equipo es tercero en la Bundesliga con 13 victorias, tres empates y tres derrotas. Tiene 29 puntos. El campeón Rhein-Neckar Löwen (32) y el Füchse (30) están por delate. Y adelanta al Flensburg (28) y al Kiel (27). ¿Cuál es el objetivo?

El objetivo del club es el Top 10. Debería pasar una catástrofe para no serlo. Tenemos que conseguirlo sí o sí. Y podemos entrar en Europa. No es una utopía. El sueño es estar entre los tres primeros, en Champions. Tenemos que ir partido a partido y soñar. Sería un éxito estar en Europa (cinco o seis mejores). Y en la Copa, yo creo que si nos metemos en la Final Four podemos ganar también a cualquiera. En Hamburgo, a solo una hora, iría mucha gente.

En la Copa están a un partido sólo de esa Final Four...

Ha sido un camino duro. Tuvimos que remontar en la primera eliminatoria y luego le ganamos al poderoso Kiel (24-22). Ahora nos la jugamos a un partido contra el Göppingen, en casa. Y si ganamos estamos en la Final Four. Ellos están en Primera y tienen buen equipo. Es un rival peligroso, han ganado a los grandes y a los pequeños no. Pero creo que sí que podemos ganarles y estar en la Final Four.

Los 29 puntos que ha cosechado ya rebasan los 24 que conquistó el Hannover en toda la temporada pasada. ¿Lo esperaba?

Tenemos cinco puntos más que en toda la pasada temporada. Hemos logrado el récord de imbatibilidad en casa, jamás se había perdido sólo un punto a estas alturas. El equipo sólo cambió a tres jugadores, lo que sí hemos cambiado han sido muchas cosas en ataque. Nos basamos en el dos contra dos. Y somos más agresivos atrás. El equipo fue undécimo el año pasado e hizo muy mala segunda parte de curso. Cuando me presentaron en verano hablé con todos. Cambiamos la capitanía. A cada uno les expliqué lo que quería de ellos y el proyecto que quería desarrollar. El año pasado les salió mal y ahora están confiados y todo les sale. Y la gente se apunta al carro. Tener a todos los jugadores al 100 por 100 contigo es imposible, siempre hay alguno enfadado. Pero eso es normal. Hacemos mucho vídeo, cada uno tiene su rol. En los periódicos salen los que meten los goles, pero tenemos soldados a los que trato de promover y los nombro siempre en cada rueda de prensa, porque también son importantes.

Lleva, además, más récords con el club. El equipo jamás había estado 10 partidos invicto.

Exactamente.

Jamás el club había sumado 29 puntos en la primera vuelta.

Tampoco....

¿Y cómo lleva el alemán?

Voy poco a poco, haciendo al oído. Tengo y quiero aprender, para centrarme en la Liga. Es la mejor del mundo. Aquí el balonmano está a otro nivel. Hay canales de pago que lo televisan, como el fútbol en España. Hablo en inglés con ellos y estoy aprendiendo alemán.

Además de la competición de clubes, usted también ha trabajado con selecciones. Ha entrenado, hasta hace unos meses, a la de Japón. ¿Piensa seguir combinando?

El trabajar con una selección y con algún equipo da mucho desgaste. Tras dos años sin descansar, estos 10 días de vacaciones que estoy pasando en Málaga me dan vida. Voy a pasarme ahora uno o dos años sin competir con selecciones, pero hay que estar abiertos. Pero a corto plazo, voy a estar de vacaciones. Ya te digo yo que en verano vuelvo a venir a Málaga.

¿Cómo ve la situación del balonmano español?

La Liga española, por desgracia, es bonita de seguir sólo del segundo al noveno. Hay gran igualdad ahí, pero el nivel ha bajado. Y, claro, jugar una Liga para ser segundo… Es imposible que el Barça pierda la Liga. Hace siete años sí había equipos que se las hacían pasar canutas: Ciudad Real, León o Valladolid. El mismo Antequera cuando vino aquí a jugar. El balonmano en Alemania está a otro nivel que en España. Aquí cuando salen buenos españoles, se van con 22 años. Lo bueno es que la gente joven, si es inteligente, tiene un escenario perfecto para crecer y coger experiencia. Luego ya se irán a firmar buenos contratos y a competir con los mejores. Pero hay gente que se precipita al irse demasiado joven, y eso puede incluso frenar tu carrera.

¿Qué le parece el liderato en División de Plata de Los Dólmenes Antequera?

Es una grata sorpresa. Están ahí peleando, primeros. En el ecuador. Eso no es casualidad. Sigo la Liga pero no tengo toda la información. De mi época siguen todavía Nacho Soto y Francisquillo. Hablo con Chispi y sigo las noticias.

En Málaga, el GAES también tiene un proyecto serio.

Están en los puestos de arriba, con un espónsor sólido. Ojalá que los dos equipos malagueños puedan subir y el GAES juegue en Plata y Los Dólmenes, en la Asobal.