Ni el Bernabéu ni el Camp Nou. Tampoco el Sánchez Pizjuán o la 'catedral' del fútbol nacional, San Mamés. El gol más ruidoso de nuestro fútbol se registró el 31 de mayo de 2009 en El Sadar, cuando todavía se denominaba Reyno de Navarra. ¿El culpable? un tremendo golazo de volea de Juanfran Torres al Real Madrid que le daba la salvación a Osasuna en la última jornada de Liga. El resultado final fue 2-1 favorable a los navarros.

Las gargantas de los aficionados 'rojillos' alcanzaron los 115 decibelios cuando celebraron aquel tanto salvador, el más fuerte registrado hasta ahora en un estadio de fútbol en España. Para contextualizar que grado de ruido se alcanzó, cabe destacar que el umbral del dolor del oído o el despegue de un avión rondan los 120 decibelios.