Esta es la historia de Mateo, el protagonista de «El futbolista que sólo sabía una fórmula». Pero también lo es de Sergio Guirado, el profesor de matemáticas que trataba de buscar todas las fórmulas posibles para acercar la complejidad de la geometría a sus alumnos a través de una pequeña historia de fútbol. Un método, plasmado en un educativo libro, que consigue captar la atención en clase de sus alumnos con resultados notables.

Mateo, el protagonista de la historia, es un joven alumno cualquiera que cuando sale por la puerta de su colegio o instituto vive por y para el fútbol. En el libro se fusiona la explicación de las figuras geométricas con un partido de fútbol y las diferentes situaciones que se afrontan durante los 90 minutos de juego. «Es un cuento, pero hay cosas de matemáticas. El entrenador le va dando instrucciones con cosas relacionadas con la geometría. Mateo tiene entre 11 y 12 años. Las ilustraciones, hechas por mi hermano -Manuel Guirado, artista- van enfocadas a niños de esa edad. Va todo enfocado para ellos. Este año estoy deseando llegar a geometría, porque es la primera vez que voy a explicar las clases con mi libro. Se lo agradezco un montón al instituto, al IES Almenara. Me ha dado facilidades, ha comprado libros para la biblioteca y podemos contar con ellos en cada clase», apunta Sergio Guirado, el «padre» del libro.

La historia tiene una explicación lógica. Y es que Sergio, profesor almeriense de matemáticas en Vélez-Málaga, detectó que sus explicaciones no tenían el calado esperado durante sus clases e incluso en el resto de materias. «Los alumnos se aburren con las matemáticas y trato de interesarlos con algo que les guste. Llevo enseñándole a los niños de esta manera desde hace mucho tiempo. Les apasiona el fútbol a los niños de 13 ó 14 años. Me busqué una pequeña historia de fútbol y con eso los voy introduciendo en la geometría», explica.

«Una de las cosas que echo de menos es que los niños tengan algo material donde fijarse. Tenía mi pequeña historia. Y ahora también pueden leer y aprender en otras asignaturas. Es una forma de que lean, hagan matemáticas y sigan con el deporte», insiste Sergio.

Y el mensaje llega a los alumnos. «A los chavales les encanta. Siempre estoy intentando hacer todo para acercárselo. Llevo la mochila llena de cosas. El teorema de Pitágoras se los explico con sugus o dados. Siempre estoy intentando darle vueltas a este tipo de cosas. Desde que estoy enseñando intento llevarlo a este terreno. Hay ese déficit en la enseñanza. Intento llevarlo a un terreno conocido, no a las nuevas tecnologías».

Y aunque el objetivo final no es económico, el precio del libro para el público en general es de 13 euros y lo publica la Editorial Círculo Rojo. «Yo hice el libro pensando en que llegara a los alumnos, más que en el público en general. Me gustaría que se hiciera eco para que los centros educativos le echaran un ojo, porque sería muy útil. Buscamos que los niños se vuelvan a ilusionar un poco con la enseñanza», explica Sergio, que también es un apasionado del fútbol. «Siempre he sido futbolero. Pero soy más del fútbol de antes, de improvisación. Ahora todo son automatismos. El fútbol ha cambiado mucho. Cuando era más joven jugaba fatal pero le ponía mucha ilusión. Pero tiré por el tema de la enseñanza porque siempre quise enseñar».

Sergio continuará formando alumnos con el deporte como base. E incluso ya piensa en una segunda publicación, enfocada al baloncesto. El deporte, la mejor lección.