No va a ser tan fácil como parecía y «La Armada» española va a tener que sudar de lo lindo para poder llevarse la primera ronda de la Copa Davis 2018 que está midiendo estos días en las instalaciones de Puente Romano de Marbella a España y Gran Bretaña. Porque el tenis a veces también escapa a la lógica y lo que parecía que sería un paseo militar de los hombres de Sergi Bruguera en la previa tras las bajas de Andy Murray y Kyle Edmund -los dos mejores tenistas británicos-, se convirtió al final de la jornada de ayer en un problema más complejo de lo esperado. Y lo fue porque ayer los españoles vivieron una de cal y otra de arena.

Una victoria cómoda de Albert Ramos y una derrota preocupante de Roberto Bautista, que hizo fruncir el ceño a los aficionados con vistas al resto de la eliminatoria. En definitiva, un empate tras los dos primeros duelos que deberá buscar mejor fortuna entre hoy, con el partido de dobles, y mañana domingo, con nuevos emparejamientos.

Y es que la Copa Davis tiene un aroma especial y casi parece un deporte diferente al que se vive semana a semana por las pistas del planeta. Aquí, en esta competición, hay afición en las gradas, hay presión en la pista y también compiten los tenistas por unos colores. Hay todo un país detrás, por lo que el abismo puede ser mucho mayor de lo esperado.

Unos factores externos a las dimensiones de la pista que pueden jugar a favor o en contra, según se sepan administrar. Porque ayer Marbella fue una pequeña colonia británica. Los aficionados visitantes ganaron por goleada en animación y en puesta en escena. Y eso, quizás, pudo desnivelar la balanza en el segundo partido de la tarde, el que perdió Roberto Bautista contra Cameron Norrie.

Un partido que iba encaminado a acabar por la vía rápida, pero que se torció inesperadamente mitad por los problemas físicos del valenciano, mitad por el abismo que produce jugar una eliminatoria de Copa Davis, como dejó leer entre líneas el propio Bautista ya en sala de prensa.

El número dos de «La Armada» en esta eliminatoria -puesto 23 de la ATP-, comenzó como un tiro el partido. Tanto como para sobreponerse al break inicial de Norrie -número 144 de la ATP- y para cerrar el set con un 6-4 tras 45 minutos de juego. El segundo asalto siguió los mismos derroteros, con Bautista dominando en la pista y con el británico aguantando el chaparrón. Con un 6-3 se cerró el set.

Pero en el tercero llegaron las complicaciones. Norrie comenzó a plantar batalla y a sacar su tenis motivado por su afición -numerosa ayer en el Punte Romano marbellí- y asimilando que tenía que poner toda la carne en el asador. El intercambio de breaks entre ambos deparó un final inesperado, con victoria para el de Johannesburgo con un 3-6.

Bautista había bajado su nivel, sólo se movía desde el fondo de la pista, defensivo, y no aguantaba los golpes en la red. El valenciano tuvo que ser atendido en varias ocasiones por los fisios de la Federación, aunque sobre la pista no tenía gestos ostensibles de dolor. Eso sí, su juego ya no era el mismo. No había frescura ni claridad. Por ello perdió el cuarto set tras 66 minutos de juego por un 3-6.

El quinto, con todo igualado y con Bautista venido a menos físicamente, parecía ya inevitable para el británico. Y así fue. Dos roturas al servicio a Bautista, los mismos problemas arrastrados en los últimos sets y partido para Cameron Norrie por un contundente y fácil 2-6.

Victoria de Ramos

Antes, al menos, España pudo poner en ventaja la eliminatoria. La veteranía y la calidad de Albert Ramos dieron el primer punto de la eliminatoria. El tenista catalán se impuso en tres sets y en 2 horas y 32 minutos a Liam Broady con un marcador de 6-3, 6-4 y 7-6 (8-6). Un partido dominado de principio a fin por el número uno español que se resolvió con un tie break en el tercer set, pero que no peligró en ningún momento.

La diferencia entre el tenis de Ramos y Broady quedó patente. Y eso que la Copa Davis suele igualar fuerzas, pero el tenista español, número 21 del ránking, fue mejor que el de Stockport (puesto 175 de la ATP).

El primer set duró 42 minutos y tomó color español en el tercer juego, cuando Ramos rompió el servicio al británico para poner el 2-1. Se cerró con 6-3. El segundo set también comenzó a resolverse con el break español para el 3-1 y se cerró con 6-4 tras 50 minutos de juego.

El tercer y último set fue también el más disputado. Broady, que no había encontrado el camino, se mostró más agresivo y puso en aprietos al español. Pero las roturas de servicios no llegaron hasta el final. Primero del británico para poner el 5-6, pero lo igualó Ramos para marcharse al tie-break. Ramos tuvo la cabeza más fría y puso el 8-6 tras aprovechar su única bola de partido. Fue el primer triunfo de una jornada que acabó en tablas.