Jugar a nivel del mar, al aire libre, en tierra batida y con unas condiciones meteorológicas buenas para jugar al tenis. Esas fueron las premisas que buscaba la Federación Española de Tenis a la hora de elegir una sede para disputar la primera eliminatoria del Grupo Mundial de Copa Davis Y Marbella le daba todo eso. El Ayuntamiento costasoleño, con la colaboración de las otras administraciones públicas, llegó a un acuerdo con la Federación, abonó el canon (alrededor de medio millón de euros) y ha organizado una magnífica eliminatoria durante este pasado fin de semana. Resuelta, además, con éxito deportivo, tras derrotar por 3-1 al equipo británico.

Sin embargo, el viernes por la tarde se vivió un momento de «crisis» en la eliminatoria. Albert Ramos logró el primer punto de la serie al derrotar a Liam Broady por 6-3, 6-4 y 7-6 (6) pero Bautista cedía después ante Cameron Norrie por 4-6, 3-6, 6-3, 6-2 y 6-2, después de cuatro horas y un minuto. Una remontada que estuvo apoyada por el graderío de Puente Romano. Y es que el viernes hubo más público, y mucho más ruidoso, animando al equipo británico que al español. Una afición tremendamente educada, pero ruidosa. Vestida para la ocasión y que no dejaba de animar.

En la noche del viernes, durante la reunión técnica entre capitán y jugadores, se llegó a una conclusión: no se podía permitir que, jugando en casa, la afición británica fuera mayoritaria. Y es que los últimos años han sido tremendamente duros para España, que ha tenido que disputar eliminatorias con muchísimo ruido ambiental. La de Croacia, celebrada en Osijek en febrero de 2017, es un buen ejemplo: fue muy «caliente». Y el equipo español pedía que se aumentase la presión sí o sí.

Marbella y sus responsables se movilizaron. El sábado, para el partido de dobles, ya había varias charangas en la grada de Puente Romano, y mucha más presión ambiental. A golpe de trompeta, bombos y platillos, incluso con la ayuda de un megáfono, la afición española, mucho más numerosa en número, le ganó la partida a la británica. El domingo, aunque costó «despertar» a los aficionados españoles», poco a poco el partido animó a los espectadores. La principal charanga incluso se cambió de zona. Ruido contra el británico Norrie y ánimos para el catalán Ramos. La petición del equipo español surtió efecto. Marbella puso de su parte en la grada para ganar la eliminatoria.