«Quiero que hagáis este ejercicio más flexionados, mucho más. El tronco más inclinado, pero sin llegar a perder el equilibrio. Protegemos el balón, el dedo pulgar lo situamos mucho más atrasados, para agarrar bien el balón. Vamos, con concentración». La voz ronca llega a cada extremo de la pequeña y coqueta instalación. 24 niños y niñas nacidos en 2004 mayoritariamente, ojos como platos, atienden a cada explicación. Hay cansancio, sí. Y sólo es el segundo día de trabajo. Pero esta semana es intensiva. Se está para aprender. Para ser mejores jugadores, deportistas y, por supuesto, mejores personas.

Por las manos de Bernardo Rodríguez (exjugador y entrenador) han pasado los jugadores de los 30 últimos años que han llegado al Unicaja. Lleva ya casi 40 años dedicándose a la enseñanza en las pistas. Él ha moldeado a todos o casi todos los canteranos que han llegado hasta el primer equipo o han hecho carrera en ACB o LEB. Desde su propio hijo y esa generación de oro que catapultó al baloncesto malagueño, con dos campeones del mundo como Berni y Carlos Cabezas, hasta la última joya de la cantera de Los Guindos, el pelirrojo Alberto Díaz.

Bernardo enseña como lo hacen los profesores. Le falta el encerado (que lo tiene en un rincón de la pista) y le sobran tablas. Su mensaje no tarda en calar en los chicos y chicas que desde el lunes están en sus manos. En las suyas y en las de Berni Rodríguez (excapitán del Unicaja y el jugador con más partidos en la historia del primer equipo).

El polideportivo municipal Blas Infante, en Alhaurín de la Torre, es en estos días uno de los epicentro de la enseñanza del baloncesto base de toda España. Allí se han fundido la teoría del maestro Bernardo Rodríguez con la práctica del que hasta hace poco aún daba lecciones en la pista, Berni Rodríguez. Cada palabra tiene sentido, cada jugada posee un fin, cada idea está bien atada y cada ejercicio corresponde a un plan trazado de antemano. Porque hay que aprovechar bien el tiempo. Escasea: sólo una semana de trabajo, desde el lunes 26 de febrero hasta este próximo 2 de marzo.

La I Beca de Tecnificación Berni Rodríguez carece de gastos para los niños seleccionados por el propio curso, de los mejores del panorama malagueño. Ellos mismos, en colaboración con el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre y la Diputación Provincial, junto a una serie de marcas, han sufragado los gastos derivados por esta semana frenética. Los privilegiados son 12 chicos y chicas, mayoritariamente del año 2004, también de 2003 ó 2005. «Es una muy buena edad para trabajar con ellos, porque no son ni muy pequeños para soportar todo este trabajo ni tampoco muy mayores». Y son de todas partes de la provincia: Salliver, Coín, Alhaurín de la Torre, El Palo, Novaschool, Salesianos, Teresianas, EBG, Málaga Basket o Asunción.

El ataque y la defensa, sus conceptos, el todo del baloncesto. Y sus herramientas: el bote, el pase, la recepción, las transiciones, las culminaciones. Trabajo individual, por parejas y en grupos. Ejercicios en pista. Con pizarra. Y, también, hasta con vídeo. Ejercicios y tareas de aplicación. No falta un detalle: camisetas y cubres personalizados, sesión de vídeo e incluso un gran cartel con los habituales movimientos que los entrenadores escriben e incluso las frases más habituales traducidas también al inglés.

Desde las 9 de la mañana ya hay trabajo en la pista. Una única parada, a las 11.30 horas. Para entonces, el propio Berni ya les ha preparado un snack: piezas de frutas (manzanas y plátanos) y frutos secos. Cada botella de agua es, por supuesto, personalizada: en el tapón, el nombre de cada jugador. «Tratamos de ser lo más profesionales posibles», recalca el gran capitán del Unicaja.

Hoy miércoles tendrá también una charla con los padres, para no dejar ningún cabo suelto sobre la educación deportiva de los futuros jugadores. Y, ya en mente, más becas para este verano, incluyendo también en su abanico a los entrenadores de clubes de cantera, los verdaderos arquitectos de la formación del jugador.