El pitido final del partido entre el Rincón Fertilidad y el MKS Perla Lublin desenbocó en una pequeña tangana en la banda provocada por el entrenador de las polacas, Robert Lis, que no supo ganar y se enzarzó con Diego Carrasco en unos cuántos empujones hasta el punto que el delegado de la EHF y los asistentes de ambos equipos tuvieron que mediar para que la cosa no fuera a mayores.

El exjugador polaco, ahora técnico del equipo rival de las costasoleñas en esta eliminatoria de cuartos de final de la Challenge Cup, tuvo durante todo el partido, pero sobre todo en la segunda parte, una actitud provocadora hacia el banquillo costasoleño, con continuos gestos despectivos, por lo que Diego Carrasco incluso en un par de ocasiones advirtió al delegado de la Federación Internacional y a los árbitros de la actitud poco deportiva del entrenador rival.

Cuando las polacas rompieron el partido, mediada la segunda parte y la eliminatoria estaba ya sentenciada a su favor, el técnico polaco y la jugadora Valiantsina Nestsiaruk apostaron por mirar al banquillo malagueño, apuntar al marcador y reírse cada vez que las polacas anotaban un gol en la portería de Virginia Fernández.

Justo al acabar el partido, Diego Carrasco se dirigió al banquillo polaco, tocó en el pecho al técnico rival al tiempo que le felicitaba por su victoria, pero éste contestó con empujones y amenazas puño en alto, momento en el cual tuvieron que intervenir los asistentes y el delegado federativo.

El MKS Perla Lublin demostró esta matinal de domingo ser justo ganador, aunque su técnico no supo asumir la victoria con deportividad y dejó sobre el parqué del Pabellón El Limón una actitud barriobajera indigna de un deportista profesional.

Diego Carrasco, tras el partido, no quiso entrar en polémicas. "Le he ido a felicitar tras el partido, le he dicho congratulations (felicidades) al tiempo que le he tocado el pecho y se lo ha tomado fatal. Él ha jugado su partido, ha intentado provocarnos, pero ya lo sabíamos y creo que no lo ha conseguido. Lo que ha pasado se queda en una anécdota".