Nacido en Málaga y criado en el Rincón de la Victoria (1986), Jesús Moreno cogió las maletas para jugar con el Cisneros (uno de los clubes históricos de España) con 19 años. De ahí dio el salto a Francia, donde lleva más de 10 años y donde ha echado raíces, tanto en lo deportivo como en lo personal. Casado con una francesa, Jesús tiene tres hijos y ejerce de padre mientras juega de pilar central en el Aix-en-Provance, donde se gana la vida como profesional.

El malagueño es uno de los pesos pesados de la selección española de rugby, con 54 internacionalidades a sus espaldas y con la ilusión por hacer historia y clasificar al 'XV del León' para la Copa del Mundo 2019 en Japón.

Esta selección, que ha enganchado a todo un país durante la fase de clasificación, no pudo o no la dejaron sellar su pase en el partido decisivo ante Bélgica en Bruselas, donde los españoles perdieron al sufrir uno de los arbitrajes más bochornosos en la historia del deporte al más alto nivel. Los jueces del partido eran rumanos, que estaban metidos de lleno en la lucha por el Mundial. Si España perdía, Rumanía estaría en Japón, y así fue. El arbitraje provocó la ira y la desesperación de varios jugadores de la selección española, que protagonizaron imágenes impropias de este deporte y por las que Jesús Moreno pide disculpas en nombre de todo el combinado nacional.

La Federación española, por su parte, envió un detallado informe a Europe Rugby de las jugadas en las que el 'XV del León' se vio perjudicado por las decisiones del árbitro rumano Vlad Iordachescu y por las que existiría la posibilidad de repetirse el partido por el incumplimiento de los Estatutos y/o regulaciones.

En ese sentido, hay muchos jugadores de la selección que han firmado la petición de que se repita el partido en Change.org, que suma ya más de 25.000 firmas, pero no Jesús Moreno, que se encuentra en la disyuntiva de haber sufrido uno de los mayores «robos» en la historia del deporte y el honor que un jugador de rugby adquiere para respetar las decisiones arbitrales por encima de todo.

¿Se está dando cuenta desde Francia de la repercusión que está teniendo el rugby a nivel mediático en España en las últimas semanas?

Sí, absolutamente. Soy consciente porque el cambio que ha habido en los últimos días ha sido brutal. Desgraciadamente con lo que pasó en Bélgica quizás no sea en positivo, pero a veces es bueno adoptar el dicho ese de «que hablen mal de mí pero que hablen». Es cierto que lo que pasó al final del partido fue algo que la gente de rugby siempre hemos defendido que no debe pasar. Yo no puedo defender eso pero sí lo puedo comprender porque yo estaba allí y entendía lo que estábamos sufriendo los jugadores. Yo, por mi carácter y por mi forma de ver la vida, no salté en ningún momento al campo. Yo condeno lo que se hizo y pido disculpas en nombre de todos mis compañeros, pero la gente que se ha sentido ofendida tiene que entender que no estuvo en ese partido y nos sufrió durante 80 minutos. Fue muy duro lo que sucedió allí, de verdad. En el rugby, el hecho de tocar al árbitro ya se considera agresión, entonces es complicado de entender, por eso pido disculpas en nombre de mis compañeros pero también comprensión porque vivimos una situación horrorosa. Yo llevo más de 10 años en la selección y lo que me pasó en ese campo nunca me ha pasado en mi vida. Yo no estaba ni enfadado, estaba destrozado mentalmente porque estaba sufriendo en mis carnes algo que no creía que podía pasar nunca en el rugby.

Quizás todo lo que pasó después del partido chocó más por el respeto que se le tiene a la figura del árbitro en este deporte...

Entiendo que fuera chocante. Lo que quiero es que se entienda el porqué de esa reacción sin justificarla. Insisto, pido perdón por los jugadores que hicieron eso. Nosotros jugamos mal, los belgas bien, eso también hay que tenerlo en cuenta. Es muy difícil entenderlo porque entendemos que fue una traición. El árbitro, por muy rumano que sea, nosotros presuponemos que se va a comportar bien, y no lo hizo. Puedo entender que nos pite en contra uno o dos golpes, pero no fueron uno o dos. La Federación ha montado un dossier con 19 decisiones que de alguna manera propician el mal ambiente que se creó después del partido, de estrés total.

¿Tan escandaloso fue?

Yo sentí mucha impotencia porque cuando queríamos avanzar y meter la agresividad que los belgas estaban metiendo nos encontrábamos con golpes en contra o golpes a favor de los belgas por sistema. Nos íbamos conteniendo, nos íbamos frustrando y no veíamos la posibilidad de atacar. ¿Cómo lo hago para que no me pite en contra, cómo lo toco?

¿Es partidario de que se repita el partido?

Es el dilema más duro que tengo. He visto ya más de 25.000 firmas para que se repita el partido y yo todavía no lo he firmado. He visto el partido, lo he vuelto a ver y yo soy muy autocrítico y creo que hay cosas que hago mal y no hice todo lo que podía. No sé si habría que volver a jugar el partido porque no sé si nos lo merecemos o no. Yo soy un simple jugador que lo que quiere es ir a Japón a jugar la Copa del Mundo y si ahora lo que tengo que hacer es jugármela contra Samoa o con quién sea pues lo haré. Creo que la Federación española quiere volver a jugarlo porque ha encontrado suficientes motivos para hacerlo. Si hay que volver a jugarlo yo lo voy a jugar, pero yo no he sido capaz de firmar esa petición. Me encuentro en una situación incómoda, por mucho que el árbitro haya sido clave. Si el árbitro estaba comprado o lo que sea lo que deberían hacer es descalificar a la selección que ha hecho la trampa. Y es que Bélgica no se merece que se vuelva a jugar y pierdan contra nosotros. Ellos jugaron con todo lo que tenían y están limpios, nadie tendría que quitarle esa victoria a Bélgica.

Pero incluso uno de los árbitros llevaba un chándal de la selección rumana...

Sí, iba con la ropa de la selección rumana porque él está pagado por la Federación Rumana. Se supone que estamos jugando a un nivel importante, no me vengas con historias y no me digas que no tienes otro pantalón para ponerte que el de la selección rumana, para mí es una provocación. No digo que eso sea un detonante para decir que estaban contra nosotros, pero fue una mala decisión, una falta de tacto terrible.

¿Qué pensó cuando semanas antes del partido en Bélgica conoció que los árbitros iban a ser rumanos?

La Federación hizo un escrito pidiendo que se cambien los árbitros, pero se lo deniegan alegando que ya estaban fijados desde hace tiempo. Se pidió con un mes de antelación, es una de las razones que está esgrimiendo la Federación para que se repita el partido. Yo, por mi manera de ver las cosas y tonto de mí a lo mejor, pienso que esa persona va a hacer su trabajo con honradez. ¿Me puedo estar equivocando? Seguramente, visto la actuación del árbitro y su comportamiento final. Pero de primeras no pensé que el hecho de que el árbitro fuera rumano iba a afectar tanto en el devenir del encuentro..

Figuras de renombre internacional en el mundo del rugby como Marco Tauleigne, Jacques Burger o Nico Sánchez han manifestado en público la indignación por lo sucedido en Bélgica, ¿le reconforta que la gente del rugby esté con España?

Evidentemente todo el apoyo que recibamos siempre refuerza. Que haya gente tan importante y le dé difusión a los vídeos y de difusión a lo que allí sucedió pues ayuda muchísimo. Lo que pasa es que no creo que eso vaya interferir en la decisión de World Rugby. Es lo que tienen las redes sociales, con su inmediatez para que te escuchen pero también con su volatilidad para que se olvide.

Lleva 54 partidos con la selección, ¿se imaginaba ver en estos 10 años El Central de La Complutense con más de 15.000 personas?

No, nunca. Lo de los últimos partidos ha sido una locura... el Rey viniendo... Por eso el gusto ahora es tan amargo y tan duro después de lo de Bélgica. El coraje que tengo dentro de haber perdido la opción de haber hecho historia otra vez y que lo hayamos perdido y encima no solo por nuestra culpa. Lo que hemos vivido en positivo con la gente apoyando al rugby no nos lo va a quitar nadie, pero el sentimiento negativo por lo que ha pasado en Bélgica tampoco nos lo va a quitar nadie.

En todo caso, hay dos opciones más para ir al Mundial en el caso de que no prospere el recurso...

Sí, habría que ganar a Portugal a partido único en casa y luego a doble partido contra Samoa.

¿Es factible conseguirlo?

Contra Portugal no va a ser nada fácil, ya tenemos el ejemplo del partido contra Bélgica. La rivalidad que tenemos con los portugueses es muy grande, lo que nos hace crecer a los dos países, no sería nada fácil. Después tendríamos que jugárnosla con Samoa, que es una potencia, está muy bien situada en el ránking. Es un pedazo de equipo, va a ser durísimo, pero hemos sido capaces de ganar Rumanía en casa. Si somos capaces de sacar un buen resultado en casa para ir allí a defenderlo... quién sabe. Yo sigo creyendo, si no lo hiciera dejaría de jugar al rugby.

¿Y la otra opción?

Sería un torneo de cuatro equipos el año que viene en la que ya está clasificado Canadá.

¿Le gusta el sushi?

Muchísimo, me veo allí en Japón comiéndolo, hasta que no esté todo perdido y haya una mínima posibilidad yo me veo jugando la Copa del Mundo. Si no creyera en ello tendría que dejar paso a otro que sí crea que se puede jugar el Mundial.