Luis Villarejo / Efe. Bratislava

España cumplió sus deberes, firmó un empate cómodo en Bratislava e inició un nuevo camino de esperanza tras certificar su presencia en el Mundial de Alemania 2006. España acude por octava vez consecutiva a un campeonato del mundo. En Alemania precisamente, en el 74, vivió su última ausencia.

Hay un antes y un después de la ida en Madrid en esta repesca. El ambiente dentro del equipo español ha dado un giro de 180 grados. La autoestima del colectivo ha subido y Luis Aragonés sale reforzado. Ayer, por ser un futbolista de nueva ola, lo más potable es saber que David Villa aprieta. Que Raúl, Torres y Morientes cuentan con un socio más. Un socio que es fiable.

España tuvo un partido relajado en el primer tiempo. Con el 5-1 de la ida, no se podía esperar nada extraordinario de Eslovaquia. El partido fue casi un rondo, una sesión de entrenamiento, porque la posesión del equipo de Aragonés resultó abismal.

No hay color entre una y otra selección. Lo que sorprende es que Eslovaquia diera tanta guerra a Portugal y Rusia en su grupo. Aquí algo falla. O Portugal y Rusia andan muy bajos o realmente Serbia y Montenegro es más enemigo que los rivales de Eslovaquia.

Lo cierto es que España comienza a sacar fruto de su toque, de tener el balón. Ya lo hizo en el primer tiempo ante Serbia en Madrid, y es que con Xabi Alonso y Xavi da gusto ver a España.

Lo de Xabi Alonso es de nota. El campo estaba lleno de barro, algo que casi ya no se ve en el fútbol de elite. Pero el jugador del Liverpool sacó su jerarquía. Ni Hodur, el eslovaco más sólido, ni Gresko dieron pie con bola.

Funcionó el `trivote´ de Luis, con Xabi y Baraja, intercambiando su posición echados al costado derecho. Era un partido para esconder el balón y todos hicieron su papel con corrección. Eso sí, faltó gol. Y eso que Raúl, a los 18 minutos, tuvo un balón claro tras estar atento en el área, pero no afinó puntería. Lo mismo le ocurrió a Fernando Torres minutos después. No anduvieron finos en la ejecución.

Más intentos. También buscó el gol Vicente. El valencianista quiso entrar por dentro a menudo, pero recibió mucha `leña´ de Zabavnik. No supo España aprovechar las manos blandas de Contofalsky. En el lado contrario, Iker Casillas demuestra cada día que tiene mayor personalidad en la portería. Sale con decisión y autoridad, dos cualidades más que añadir a su virtud de ser el mejor del mundo en uno contra uno.

Tras el descanso, Eslovaquia salió con ganas. Con intensidad. Ladislav Petras, el ayudante de Dusan Gallis, puso en el campo a Filip Holosko, el delantero del Slovan Liberec. Dejó en la caseta a Hodur. Y en uno de los primeros balones que tocó, pisó el área con fuerza y sorprendió a Iker con un disparo seco y colocado. Era el 1-0, un resultado que nunca dio miedo. Porque Eslovaquia tiene excesivas limitaciones.

Holosko hizo daño a España. Es un futbolista zurdo, rápido y vertical. Puyol y Pablo tuvieron problemas con él. Y esos cinco minutos al inicio del segundo tiempo donde se durmió la selección española, fueron un espejismo para Eslovaquia. Fue un fogonazo. Nada más. Nunca hubo clima de remontada.

Luis dio descanso a Raúl y a Torres. Cambió su dupla de ataque. Y no pudo salirle mejor la apuesta. Morientes arrancó con fuerza y velocidad desde la izquierda y puso un buen balón a Villa a los 71 minutos. El asturiano llevaba diez minutos en el campo cuando marcó con solvencia. Con autoridad. Con clase. El 1-1 sirvió al menos para que España concluya con una imagen aceptable. Y de reflexión una vez más, para que el equipo intente no irse del partido en determinadas acciones. Villa, a los 81 minutos, mereció marcar el segundo, pero Contofalsky le sacó una mano oportuna.

En la selección española se celebró con júbilo este pasaporte para Alemania 2006. Pero si hubo un futbolista obsesionado con `la causa´ es Salgado. Se perdió el del 2002 en Corea y Japón. Y si nada lo impide, por fin podrá jugar su primer Mundial.