Parecía que ayer iba a ser el día. Pero tampoco. Terrell McIntyre sigue estando cerca del Unicaja, pero al cierre de esta edición no había confirmación oficial de ninguna de las partes. Ni el Siena le había dado el ok para irse ni el base estadounidense se había decidido oficialmente por la opción verde ni el equipo cajista tenía en su poder el correspondiente fax con la firma del jugador.

La verdad es que fue un día de locos. Sobre todo una tarde de infarto en la que durante muchos minutos el jugador pareció fichado de forma virtual, pero el papelito en cuestión con la rúbrica nunca llegó a su destino.

La película de los hechos fue la siguiente. Con la última oferta cajista sobre la mesa, el agente del jugador hizo un intento a la desesperada con los dos equipos griegos que han estado tras él en las últimas semanas. El Olympiacos respondió a la llamada de Craig Spitzer con una nueva oferta: 2.4 millones de euros por dos temporadas. De la misma manera, contactó con los rectores del Panathinaikos. Incluso se puso una hora límite. Les pidió una última oferta antes de las 17.30 horas. El Pao declinó un nuevo ofrecimiento sobre el del pasado domingo (dos millones de euros por las dos próximas temporadas). Además, el base norteamericano fue ofrecido a otros ´grandes´ del continente por si acaso, al menos hubo conversaciones con el CSKA.

Mediada la tarde, todo parecía indicar que el Unicaja había ganado el duelo final al Olympiacos, que ofrecía más dinero al jugador que los verdes, pero muchos menos minutos y protagonismo del que el base podría tener en la capital de la Costa del Sol.

Las últimas horas del día fueron una agonía hacia la medianoche esperando que el Montepaschi, último escollo por salvar, decidiera no igualar la oferta cajista y de esta manera darle la libertad al que ha sido su estrella a lo largo de las tres últimas temporadas.

Pero el ansiado ok no llegó a Los Guindos. Tampoco una contraoferta de ningún otro de los aspirantes a contar con McIntyre en sus filas, por lo que habrá que seguir esperando y cruzando los dedos para que el presidente del cuadro italiano, Ferdinando Minucci, dé hoy el visto bueno a la operación y no haya además un equipo que a última hora rompa el acuerdo que durante toda la tarde de ayer pareció tan cercano entre el Unicaja y el jugador.

El optimismo sigue vivo, aunque mientras no se cierre la operación no podrán respirar tranquilos ni Manolo Rubia ni el presidente Molina ni Aíto García Reneses. Si hiciésemos caso a las distintas webs, el fichaje sería un hecho, pero...