Gustavo Panchi Barrera, jugador uruguayo de 192 centímetros y de 24 años de edad, podría convertirse en los próximos días en el segundo base del Unicaja. Al menos eso es lo que quiere Aíto García Reneses, técnico verde y que coincidió con Barrera en su etapa en el DKV Joventut.

Panchi destaca por su gran capacidad de pase y ha sido internacional con la selección uruguaya, aunque no ocuparía plaza de extracomunitario por tener pasaporte español –no cuenta para los cupos por no ser seleccionable, así que actuaría como comunitario–. De hecho problemas burocráticos detuvieron su progresión al estar sin jugar dos años y medio, justo después de formar una pareja letal con Rudy Fernández, ahora en los Portland TrailBlazers de la NBA, en un torneo júnior en Hospitalet.

Tras su paso por la fecunda cantera verdinegra, también militó en España, en todos los casos como cedido, tanto en el Huelva, como en el Breogán y el Melilla, aunque no tuvo suerte en ninguno de esos equipos y decidió volverse a su país.

Internacional con la selección charrúa, sus últimos clubes han sido el Trotamundos de Venezuela y el Unión Atlética. La pasada temporada fue el máximo asistente de la Liga uruguaya, con 6,8 asistencias por encuentro, además de promediar 13,3 puntos y 3 rebotes en 33,3 minutos de juego.

El club tantea la incorporación de este jugador y ya se ha puesto en contacto con su representante, Ígor Crespo, para acelerar su fichaje. En el club entienden que el perfil de Barrera encaja perfectamente como complemento de Terrell McIntyre, fichado la pasada semana como titular del timón cajista para las próximas dos temporadas. Además, no sería un fichaje muy caro, lo que abriría la posibilidad de cerrar la plantilla con un pívot de mayor nivel (además de la llegada de Rafa Martínez para el juego exterior).

Si las conversaciones acaban en acuerdo, para cerrar el fichaje, el Unicaja deberá solicitar su tránsfer internacional al Baloncesto León, equipo que le dio de alta el pasado mes de febrero en la Liga LEB Oro, aunque el uruguayo nunca se puso la camiseta roja para debutar. Tras haber apalabrado su fichaje una vez concluyera la Liga de Uruguay, el jugador no llegó a ir a León.

Eso sí, se da la circunstancia de que el pasado mes de abril, Barrera hizo escala en Málaga. El base estuvo entrenándose con el Unicaja durante algunas semanas, una vez finalizó la Liga charrúa. Su amistad con Aíto García Reneses y con Quim Costa, con el que coincidió en la etapa de éste como entrenador del Huelva de la Liga LEB, posibilitó que Barrera volviera a mostrar a Aíto sus posibilidades de poder competir al más alto nivel en la Liga ACB. Ahora puede llegar su gran oportunidad. La negociación, de momento, está en marcha.

Barrera sería el recambio de Terrell McIntyre, que acaparará buena parte del protagonismo del equipo para la próxima campaña. Su posible incorporación es una decisión de Aíto, que quiere seguir formando a futuros valores.

De hecho, la idea es que tanto él como Rafael Freire se ganen los minutos en los entrenamientos. Freire, tras una temporada muy convulsa, en la que estuvo a caballo entre el Unicaja y el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón, debe aprovechar este nuevo curso. Ya tiene pasaporte español y su inclusión en el conjunto verde debe ser una realidad.

Freire realizará toda la pretemporada con el primer equipo y tiene que dar un salto de calidad. Tendrá, si al final se cumplen los deseos de Aíto, un gran espejo en Panchi Barrera, otro joven que también ha tenido que derribar muchos obstáculos para estar al máximo nivel.