La negativa de Rafa Martínez a vestir de verde ha abierto un debate cuanto menos interesante. El Unicaja necesita fichar a un tirador contrastado para la próxima temporada. Eso, evidentemente, no es nada nuevo. La nefasta experiencia de la pasada temporada, cuando se contrató a Taquan Dean, un tirador procedente del casi descendido CB Murcia, ha calado hondo en Los Guindos.

Por eso se quiere ir sobre seguro en la contratación de un escolta ganador, acostumbrado a tirar del carro, asumir la responsabilidad y que forme una pareja temible en el perímetro junto a Terrell McIntyre. Y el primer nombre de la lista es el estadounidense Juan Dixon, con quien ya se han creado puentes de entendimiento siempre que la FIBA haga pública su sanción en un plazo de diez días, y el castigo no sea superior a los seis meses. Dixon es el elegido, a pesar de tener pasaporte extracomunitario, por encima de Thomas Kelati, mucho más caro, aunque también del gusto del club y, por supuesto, de Aíto García Reneses. El americano de origen eritreo y con próximo pasaporte polaco no está conforme con los primeros contactos con el Unicaja, y exige dos años de contrato, a un millón de euros coste club cada uno. Dice su representante que Real Madrid, Caja Laboral y Olympiacos están dispuestos a pagar esa cantidad por él.

Pero puede que un único fichaje para reforzar el perímetro no sea suficiente para la próxima temporada, en la que la línea de tres puntos pasará a estar a 6,75 metros en vez de a los 6,25 de toda la vida. Medio metro de distancia que puede marcar diferencias a partir de ahora. Los tiradores deberán hilar muy fino y pasarán a tener un rol más importante.

Por eso, los grandes del baloncesto europeo están llenando sus plantillas con auténticos especialistas. Y el Unicaja no quiere quedarse en el camino. No desea sufrir ningún bache en esta faceta del juego e incorporar, además de a Dixon –siempre que la FIBA lo permita–, otro hombre de perímetro. Económicamente, la operación es factible, ya que Dixon no se ha descolgado pidiendo el dineral que exige Kelati. El club podría permitirse tener en la misma plantilla al de Baltimore y a un segundo tirador de buen nivel.

A día de hoy, el Unicaja tiene a McIntyre y Saúl Blanco como máximas amenazas exteriores. Los números avalan al ex base del Siena, que ha promediado esta última temporada un acierto del 37.7 por ciento en la Lega italiana y del 41.2 por ciento en la Euroliga. Pero T-Mac no es un especialista, como tampoco lo es Saúl Blanco. El club confía que tras un año de adaptación a un equipo de las exigencias del Unicaja, éste sí sea el suyo. En Euroliga, donde jugó poco, llegó al 50 por ciento de acierto.

Panchi Barrera es un director de juego y un gran pasador, pero no brilla por su tiro. Tampoco Berni Rodríguez es un especialista, aunque sí que ha mejorado su porcentaje esta última campaña. De cualquier forma, su mecánica de tiro no es la de un tirador. Necesita tener los dos pies en el suelo para armar el brazo. Y Jiménez también ha elevado su porcentaje gracias a sus precisas bombas desde las esquinas, aunque, obviamente, no es su punto fuerte.

Si llegara un segundo tirador, la plantilla verde pasaría a tener 13 jugadores, con 11 profesionales más Freire y Lima. La temporada es larga, habrá lesiones y altibajos, y Aíto se garantizaría así la posibilidad de tener entrenamientos de calidad y recursos suficientes a lo largo de un año con dos competiciones muy exigentes, Liga y Euroliga, además de la Copa.

Salvo que se toque la plantilla y se fuerce la marcha de algún jugador del actual plantel, no habría problemas de cupos. El Unicaja 2009/1o necesita más munición.