El uruguayo Gustavo Panchi Barrera ya es jugador del Unicaja. Como adelantó La Opinión el pasado 5 de julio, las negociaciones han llegado a buen puerto y el jugador se ha convertido finalmente en el segundo base del Unicaja. El equipo malagueño confirmó ayer haber llegado a un acuerdo con el uruguayo para su incorporación durante la próxima temporada, con opción del club para ampliar el contrato una campaña más. Con este anuncio se cumple uno de los deseos del técnico Aíto García Reneses, que coincidió con Barrera en su etapa en el DKV Joventut, y que había puesto los ojos en el jugador.

Barrera nació en Uruguay, mide 1,93 metros, tiene 25 años y la temporada pasada jugó en el equipo de su país de origen Union Atlética. Cuenta con la doble nacionalidad uruguaya y española, por lo que ocupa plaza de comunitario, aunque no es seleccionable por haber jugado con la selección de su país de nacimiento. El base llegará a Málaga mañana viernes y será presentado ante los medios de comunicación a las 11.00 horas.

Aunque no será la primera vez que el jugador se vestirá de verde y que trabajará a las órdenes de Aíto en Málaga. Y es que se da la circunstancia de que el pasado mes de abril Barrera hizo escala en la capital de la Costa del Sol. El base estuvo entrenándose con el Unicaja durante algunas semanas, una vez que finalizó la Liga charrúa. Su amistad con Aíto y con Quim Costa, con el que coincidió en la etapa de éste como entrenador del Huelva de la Liga LEB, abrió las puertas al uruguayo para volver a mostrar al técnico que tiene las cualidades para competir al más alto nivel en la Liga ACB.

Panchi destaca por su gran capacidad de pase, además de haber sido internacional con su selección. En el Unicaja entienden que el perfil de Barrera encaja perfectamente como complemento de Terrell McIntyre, fichado hace unos días como titular del timón cajista para las dos próximas temporadas.

Trayectoria

Tras su paso por la cantera verdinegra, Panchi también militó en España, en todos los casos como cedido, tanto en el Huelva, como en el Breogán y el Melilla, aunque no tuvo suerte en ninguno de esos equipos y decidió volver a su país.

Sus últimos clubes han sido el Trotamundos de Venezuela y el Unión Atlética. La pasada temporada fue el máximo asistente de la Liga uruguaya, con 6,8 asistencias por partido, además de promediar 13,3 puntos y 3 rebotes en 33,3 minutos de juego.

El fichaje del uruguayo –no muy caro aunque no han trascendido las cifras– podría además abrir la posibilidad de cerrar la plantilla con un pívot de mayor nivel. Además, su incorporación es una muestra más de que Aíto quiere seguir formando a futuros valores. De hecho, la idea es que tanto él como Rafael Freire se ganen los minutos en los entrenamientos. Y es que la inclusión de Freire, que la temporada pasada estuvo a caballo entre el Unicaja y el Fertilidad Clínicas Rincón, en el equipo cajista, debe ser una realidad. Ambos están ante una gran oportunidad.