El derbi se quedó en casa. El Unicaja hizo valer su condición de local -y de mejor equipo- y se llevó el duelo regional frente al Cajasol. Se preveía que no sería un partido fácil y no lo fue. En realidad, el asunto tuvo varias fases y en él hubo de todo. Una estrella que jugó cinco minutos. Un hombre que rebasó la marca de los 5.000 puntos. Un equipo que pasó el rodillo en la primera parte y el vencido que casi tumba al vencedor. Pero no adelantemos acontecimientos.

Venía el Unicaja crecido y lastrado de su partido en la Euroliga. Crecido por su primera victoria en la competición europea frente al Charleroi belga, pero lastrado porque Uros Tripkovic se unió a la cada vez más larga lista de bajas del cuadro que dirige Aíto García. Para cubrir a 'Panchi' Barrera entró en la lista Carlos De Cobos, mientras que Pablo Almazán fue el elegido para reemplazar al tirador serbio. Por otra parte, los verdes recuperaban a Jiménez. Y eso siempre es una garantía de competitividad.

Pero el verdadero hombre del partido fue Rafa Freire. Lesionado Barrera y renqueante McIntyre, el joven base se hizo fuerte con unos números de auténtico crack. 14 puntos y 6 asistencias para 24 de valoración. Una auténtica barbaridad para un hombre que asumía la responsabilidad en un momento complicado.

Al ritmo repartidor de Freire y anotador de Berni -que rozó los 20 puntos otra vez-, el Unicaja fue infinitamente superior a los sevillanos durante toda la primera parte. Tanto fue así que, al descanso, el marcador dibujaba un clarísimo 46-30. Cada vez que pedía un tiempo muerto, Joan Plaza abroncaba a sus jugadores para que ajustasen mejor las defensas. Todo era completamente inútil.

Con el partido encarrilado, el Unicaja empezó a sestear. Peligro. Louis Bullock comenzó a aparecer cada vez más, y eso siempre es una amenaza. El norteamericano, ex jugador verde y aclamado por la afición local, comenzó perdido pero se fue encontrando. Tanto, que durante el tercer cuarto alcanzó los 5.000 puntos al anotar un tiro libre adicional procedente de un 2+1. Llevaba ocho puntos en aquel momento, y todavía haría 11 más para seguir engrosando su leyenda.

Parecía que los verdes querían despertar, pero la zona de Plaza se les atragantaba. De una máxima de 22 puntos faltando ocho minutos para terminar el tercer cuarto, pasamos a sólo cinco. En tan corto espacio de tiempo los verdes habían dilapidado todo lo que consiguieron en la primera mitad. Comenzaba ahora un partido nuevo en el que el cuadro visitante no se iba a rendir así como así.

Pero para algo están las estrellas. Los cracks. Esos jugadores distintos que te hacen ganar partidos. Este año, el hombre llamado para ese papel en el Unicaja es Terrell McIntyre. El base, con una fascitis plantar, no contó para Aíto en todo el partido. El marcador era holgado y prefería reservarlo. A falta de seis minutos para el bocinazo final, con el tanteo en 71-68 y medio Carpena envuelto en dudas, el técnico dio entrada al estadounidense.

Él hizo el resto. Nada más entrar puso una asistencia imposible -no para él- a Berni Rodríguez. Luego anotó un triple para poner al Cajasol en su sitio. Sacó una falta, cogió dos rebotes y cortó de raíz un ataque rival. Culminó la jugada con otro tiro de tres convertido. El partido había muerto.

FICHA TÉCNICA

Unicaja: (24+22+15+21): Rodríguez (19), Freire (14), Jiménez (9), Rubio (6), Freeland (14) -equipo inicial-, Cobos (0), Printezis (10), Almazan (0), Tripkovic(-), Mcintyre (6), Archibald (4).

Cajasol: (13+17+24+22): Calloway (4), Sastre (7), Bullock (15), Davis (9), Ivanov (12) -equipo inicial-, Triguero (5), Cabanas (0), Satoransky (6), Urtasun (5), Katelynas (4), Kirksay (9).

Árbitros: Conde, Perea y Zafra. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga ACB, disputado en el pabellón Martín Carpena de Málaga ante 10.900 espectadores.