«El Club Baloncesto Málaga informa que el accionista único de la sociedad anónima deportiva, la entidad financiera Unicaja, ha acordado aprobar una renovación del Consejo de Administración como consecuencia, esencialmente, de la renuncia presentada por varios de sus miembros por motivos profesionales derivados de su actividad en la propia entidad financiera». Así comenzaba la nota que envió ayer el club, pasado el mediodía, para anunciar la renovación en el consejo, y la marcha de tres ex presidentes –José Manuel Domínguez, Ángel Fernández Noriega y Francisco Molina– más la de Sebastián Morales.

El consejo pasa de siete a cinco miembros y se queda sin la experiencia y capacidad de los históricos del club. Sorprende la salida tanto de Ángel Noriega como de José Manuel Domínguez, con cargos de tremenda trascendencia en la entidad financiera, y valedores a ultranza de la apuesta de Unicaja por el baloncesto. Se hace muy difícil imaginar el club sin ellos. Sin el carácter, la decisión y valentía de Noriega y la tranquilidad, inteligencia o reflexión de Domínguez.

Noriega es director de la División de Secretaría General de Unicaja. Hombre fuerte dentro de la Caja, con vía directa con Braulio Medel. Un icono dentro de la entidad y el precursor absoluto del baloncesto de elite en Málaga.

Desde siempre dentro del consejo, el asturiano llegó a la presidencia en 1998. Bajo su mandato se fichó a Bozidar Maljkovic y el club logró su primer gran título, la Copa Korac, en el año 2001. Después de cinco años en el cargo dejó la presidencia en julio de 2003 y desde entonces ha seguido como vocal en el consejo.

Los amantes al deporte de la canasta le debemos mucho a Fernández Noriega, trabajador incansable, hombre de temperamento y decisión, defensor a ultranza del equipo dentro de la Caja. Su ausencia deja un hueco imposible de borrar dentro del consejo: por conocimientos y peso específico.

Exactamente en la misma línea, tanto de responsabilidad en la Caja como en el club, está Domínguez, con 20 años de pertenencia continuada en el consejo, presidente de consenso, dirigió al club hasta septiembre de 1998, y pasó al consejo. Secretario hasta ayer, es director de División de Secretaría Técnica en la entidad financiera. Otro de los máximos responsables de Unicaja, otro de los fieles amantes del básket y otro de los ´culpables´ de que la apuesta de la Caja por el baloncesto sea la que es hoy día: el mejor y más fiel patrocinador de toda la ACB.

Los dos llevan toda la vida dentro del consejo del club y han cambiado la proyección y la dinámica del club, para hacer un Unicaja ganador gracias a su altísima responsabilidad dentro de la Caja. Han defendido siempre la apuesta de Unicaja por el Club Baloncesto Málaga. Ahora dedicarán el cien por cien de su tiempo a sus puestos de altísima responsabilidad den la Caja, y permanecerán en un segundo plano, pero siempre atentos y dispuestos. También abandona su puesto el consejero Sebastián Morales, director Territorial de Málaga capital.

Paco Molina, fuera

La baja de Paco Molina es una decisión unilateral de la Caja. En una fría carta enviada a su domicilio en la misma mañana de ayer, sin aviso previo, el último mandatario conoció que el Unicaja agradecía sus servicios prestados y prescindía de él. Ahora jubilado de sus labores en Unicaja, Molina ha sido el último presidente antes de la llegada de Eduardo García. Asumió el mando tras la marcha de Rafael Fernández, en julio de 2006, y se mantuvo hasta septiembre de 2010, cuando llegó a un acuerdo con la Caja para salir de la presidencia y permanecer como vocal en el consejo hasta ayer, tras 15 años de vinculación al club, cuando se le anunció vía postal. Tres días antes del trascendental duelo contra el Lietuvos Rytas en la Euroliga, se hizo efectiva la renovación total del Club Baloncesto Málaga.