El honor importa, y mucho. Más, en partidos como el de esta noche, en el cierre de la Euroliga, por undécima temporada, la décima consecutiva en la historia del club. El equipo echa el cierre a la mejor competición del Viejo Continente. Lo hará entre bambalinas, eliminado del torneo, sin nada en juego ya para los malagueños en la sexta jornada del Top 16. De nuevo en este punto. Queda tiempo para analizar los errores en Europa. Hoy es momento para disfrutar. Por tener en casa, en Málaga, la competición más exigente y apasionante del baloncesto europeo de clubes. Y por jugar ante clubes como el de hoy, el todopoderoso Panathinaikos.

Rivales así dan lustre al currículum propio. Enfrentarse a un equipo adiestrado por Zeljo Obradovic da caché. El rey de la Euroliga, el hombre de los siete entorchados, se sentará hoy en el banquillo visitante. En el local estará un neófito como Chus Mateo.

El técnico madrileño le ha transmitido a sus hombres que este partido es importante. Por el orgullo propio y porque hay que seguir creciendo y, si es posible, ganando partidos. Nada habrá en juego, pero ganar en el Carpena es clave para cimentar el proyecto.

El Unicaja, eliminado desde que cayó frente al Caja Laboral el pasado jueves en Vitoria, recibe a un Panathinaikos que no llega a la Costa del Sol de vacaciones. Mucho se juega el cuadro heleno.

El futuro del Grupo E se presenta apasionante. Hay un triple empate en cabeza entre Panathinaikos, Caja Laboral y Lietuvos Rytas, todos con un balance de 3-2. El Unicaja es colista descolgado con un único triunfo. Balance descorazonador cuando la Euroliga ha enfrentado al equipo de Mateo a rivales de pedigrí y nombre, más allá de los equipitos de la primera fase: Charleroi, Bamberg... y similares.

El Baskonia tienen en su mano ser campeón y evitar un cruce en cuartos ante el Barcelona con el factor cancha en contra. Le basta, que no es poco, con ganar en Vilna. Si lo hace, los hombres de Dusko Ivanovic serán primeros. Si pierden, el que pasa es el Lietuvos Rytas, y es cuando los vascos miran a Málaga. Necesitarían, en ese hipotético caso, que el Unicaja ganara, ya que el Caja Laboral le tiene ganado el average al cuadro griego. El Pana se clasifica si gana. Si perde, necesita que el Caja Laboral derrota al Lietuvos Rytas, ya que con los lituanos sí que tiene a su favor el average. Chus Mateo dispone de toda su artillería excepto Jiménez y Archibald. Será un buen partido para darle minutos a los menos inspirados: McIntyre, Saúl, Tripkovic o Guille, y al joven Pablo Almazán. El Unicaja debe despedirse con buena cara, sin olvidar la afrenta de la ida: 82-56.