Las estrellas de la NBA comienzan a impacientarse y, lo que es peor, a aburrirse. El cierre patronal sigue vigente y desde este mes, los jugadores ya han dejado de cobrar sus salarios. Hartos, muchos de los protagonistas de la mejor Liga del mundo comienzan a venderse al mejor postor. Una de esas estrellas, Kevin Durant, está dispuesta a jugar en Europa mientras se prolongue el lockout. ¿Y saben a quién se ofreció hace una semana?... ¡¡¡Al Unicaja!!!

El agente de uno de los mayores iconos de la NBA se puso en contacto con el club de Los Guindos para transmitir el interés del jugador en venir a Málaga. Un equipo de Euroliga, un clima envidiable, una entidad financiera como Unicaja respaldando la operación, una gran oportunidad para jugar al más alto nivel... sin duda, son muchas las razones que impulsaron a su representante a dar el paso. «El chico está dispuesto a jugar en Málaga hasta que acabe el lockout», dijeron desde su agencia de representación.

La primera reacción en la sede de la entidad fue de incredulidad. Después, de realismo. La contratación hubiese sido un «pelotazo», una operación de márketing sin precedentes con repercusión en todas las partes del mundo.

El problema fue cuando se habló de las exigencias económicas de la megaestrella. Durant quería firmar un contrato garantizado hasta final de temporada con el Unicaja, con una cláusula de escape –por supuesto gratuita– para marcharse a Oklahoma cuando se levante el cierre patronal. Y su sueldo en Málaga hubiese sido de 750.000 euros al mes libres de impuestos. Más de lo que cobra el jugador mejor pagado del Unicaja en toda la temporada.

Ni siquiera se habló de las estridencias que hubiera acarreado su hipotética contratación: bonus, alojamiento, vehículos... La propuesta, evidentemente, cayó en saco roto. En el Unicaja han afinado el lápiz esta temporada y este tipo de gastos no entran dentro del balance de cuentas. Y es que, de haber cumplido el contrato de un año que exigía para firmar, Durant se hubiese embolsado más del 75% del presupuesto total del club para esta próxima temporada, cifrado en 16 millones de euros. Esa cifra, además, ya está comprometida. Incluso ya hay alguna partida deficitaria, toda vez que el Unicaja está haciendo frente a las fichas de Tripkovic y Peric, que no contaban en principio para el club, además de las de Paulao y Lima. Ambos, ahora, reciben su nómina del seguro de la Confederación Brasileña de Baloncesto, al estar lesionados, pero cuando se recuperen será el Unicaja el que deba hacer frente a esos pagos.

Lo cierto es que Durant está realmente aburrido. El pasado lunes colgó en su Twitter que le podía el tedio y que le apetecía disputar un partido de fútbol americano. La Universidad de Oklahoma George Overbey le ofreció jugar el mismo lunes por la noche y Durant se apuntó cuatro touchdowns ante 700 privilegiados. Su agenda parece la de cualquiera menos la de un jugador de baloncesto. El ala-pívot se pasó la última semana de septiembre en Baton Rouge (Luisiana), filmando una película de Warner Bros. Y el 23 de octubre se encargó de organizar un partido entre estrellas de la NBA en Oklahoma con LeBron James y Chris Paul ante 13.000 aficionados. La pachanga acabó 176-171.

Es uno más de los grandes jugadores que tratan de buscar acomodo en Europa mientras concluye el lockout. Trata de seguir los pasos de Kirilenko, Rudy, Ibaka, Farmer... Pero hacer frente a su ficha es para los clubes europeos algo de otro planeta, del universo NBA.

El jugador nacido el 29 de septiembre de 1988 en Washington es uno de los grandes reclamos de la Liga. Seleccionado en el número 2 del draft de 2007, con su 2,06 de altura, su excelente tiro, su gran manejo de balón y su extraordinaria movilidad, puede actuar en cualquier posición, desde escolta a pívot. En sus 314 partidos en la NBA promedia 25,9 puntos y 6,3 rebotes en 38 minutos. Fue declarado el MVP del Mundobásket de Turquía 2010, donde Estados Unidos se proclamó campeón tras ganar la final por 81-64 a Turquía gracias a los 28 puntos de Durant.