La importante mejora de contrato que el Unicaja Baloncesto y Joel Freeland tienen ya apalabrada, a falta de la firma que se rubricará después de la Copa del Rey, apenas tendrá repercusión en el bolsillo del ala-pívot británico. La subida reflejada en su anterior compromiso -la ficha del jugador asciende progresivamente en cada uno de los cinco años que firmó en su día- es la única mejora que constatará Freeland para la próxima temporada. Eso no quiere decir que el Unicaja no vaya a rascarse el bolsillo. Todo lo contrario. La entidad asumirá el fortísimo aumento fiscal sufrirá Joel Freeland como concepto de IRPF el próximo año.

Y es que el inglés cumple en nuestro país su sexta temporada, el límite establecido por la «Ley Beckham» aprobada por el Gobierno de José María Aznar y levemente modificada luego por José Luis Rodríguez Zapatero en la pasada legislatura.

Freeland, en sus seis primeros años como residente en nuestro país, ha cotizado únicamente a un tipo fijo del 24% (ahora el 24,75% tras la subida del Gobierno de Mariano Rajoy). Sin embargo, en su próxima declaración de la renta deberá subir el porcentaje hasta el 52% -antes era del 43%, toda vez que sus ganancias superan los 600.000 euros por temporada.

Este régimen transitorio de los llamados «impatriados» se agota para el jugador, que la próxima temporada deberá pagar al fisco casi un 30% más de lo que ha hecho este año, del 24 al 52%. Y ahí es donde aparece el Unicaja. La entidad se hará cargo de esa subida en la retención del jugador y asumirá el coste total, por lo que Freeland ganará exactamente lo mismo que este año, más esa subida anual que ya hemos comentado. Por lo tanto, el ala-pívot no deberá rascarse el bolsillo, siendo el club quien asuma ese coste.

Ésa es la clave de la negociación que hace ya tiempo emprendieron el club, con el presidente, Eduardo García, más el director deportivo, Manolo Rubia, y el gerente, Ángel Bordes, con el agente del jugador verde, «Falo» Calvo.

Cuando Freeland, una vez suscrito el nuevo contrato, presente su declaración de la renta, el club le abonará ese casi 30% más que perdería en caso de no tocar su actual acuerdo y que el club le subiría en la retención. Una cantidad considerable que el Unicaja pagará al británico como compensación ante la finalización de las ventajas fiscales derivadas de la llamada «Ley Beckham».

Acuerdo prácticamente cerrado. Las dos partes tienen ya prácticamente resuelta la negociación, con esta importante mejora contractual, que también implicará una subida en la cláusula de rescisión de la estrella cajista a 2,7 millones de euros. A nadie se le escapa que Freeland es un caramelo muy goloso para los grandes clubes de Europa. FC Barcelona Regal o Maccabi Tel Aviv ya se interesaron por él este pasado verano. Y Portland Trail Blazers, la franquicia que tiene reservado el derecho de tanteo en la NBA en caso de que el chico cruce el Atlántico, también está como loco por reclutarle para un futuro muy próximo.

La Copa del Rey es un fabuloso escaparate para Freeland, que disputará su primer torneo del KO en Málaga tras haber debutado ya con el Gran Canaria. «Falo» Calvo, agente del jugador, dijo hace un par de semanas a La Opinión que Freeland no querrá ir a ningún otro equipo «ni siquiera a la NBA» -garantizó- una vez que suscriba este nuevo acuerdo. La idea de las dos partes es hacerlo público una vez que concluya el torneo de Barcelona para no desviar así la atención del ala-pívot, vital en los esquemas de Chus Mateo y que no termina de retomar su mejor nivel.

Joel Freeland, a pesar de ese esguince de tobillo, es el segundo jugador con mayor valoración de toda la Liga Endesa, con una media de 19,1 puntos, sólo por detrás de Kaloyan Ivanov, ala-pívot del Lucemtum Alicante (20,3).