El debate surgió el pasado jueves, cuando el consejo de administración del Unicaja se reunió como hace habitualmente una vez al mes. Entre los muchos asuntos que había sobre la mesa no se encontraba, en principio, cuestionar el trabajo del entrenador del equipo, Chus Mateo. Pero su nombre se deslizó. Y se discutió sobre el tema. El resumen de lo hablado fue que se mantenía la confianza en él, pero que su crédito no era ilimitado. Esto es deporte profesional, al más alto nivel, y por suerte o por desgracia, los resultados mandan. Así que Mateo, el entrenador que recuperó la paz social para la entidad, que metió al equipo en los play off el pasado curso para conservar la Licencia A de la Euroliga, que compuso un equipo brillante en el primer tercio del curso, está cuestionado. Ésa es la realidad. Por muy cruel que sea. Por imposible que pudiera parecer hace sólo unos meses. Cuando el Unicaja se paseaba, llegó a liderar la Liga ACB y encandilaba a todos, machacaba a sus rivales y trajo a la «marea verde» al Carpena.

Tras la derrota ante el CAI Zaragoza y la pésima imagen ofrecida por el equipo, el Unicaja ya suma 12 derrotas en los 13 últimos encuentros. Un bagaje descorazonador. Mateo debe pasar ahora una exigente prueba del algodón durante la semana que hoy comienza. Los dos partidos ante el Lagun Aro, el miércoles, y el Asefa Estudiantes, el próximo domingo, serán cruciales en el devenir del técnico. Dos derrotas en casa, en el Martín Carpena, podrían precipitar los acontecimientos. El club considera que sería inasumible mantener a Mateo en el cargo en estas circunstancias. Y la única salida que le quedaría sería la destitución.

Ni mucho menos es el técnico madrileño el único responsable de esta crisis. Pero como suele suceder en estos casos, la cuerda suele romperse por el lado más débil. Y el técnico, por primera vez desde que se hizo cargo de la nave cajista y recondujo una situación insostenible, está en entredicho.

Sin fichajes... salvo en un caso. El atajo que podría adoptar el club no le exime de responsabilidad. La plantilla, la misma que cautivó y enamoró, pide a gritos cambios y refuerzos, mucho más tras las lesiones de Jorge Garbajosa y Tremmell Darden, baja ambos para un mes. Pero, la cuestión es que no existe ninguna posibilidad de reforzar el plantel. El presupuesto está cerrado y la orden del propietario del club, la entidad financiera, está muy clara.

En estos tiempos de crisis, recortes y con la fusión que se avecina se ha cerrado la puerta a realizar cualquier gasto extra. Sólo hay un caso hipotético en el que se abriría la posibilidad de reforzar la plantilla: la llegada inmediata de un nuevo patrocinador. Un colaborador que aporte un dinero suficiente para poder fichar sin cargo al club o al presupuesto de la próxima temporada.

El Unicaja alcanzó un acuerdo con la firma de seguros AXA para serigrafiar su marca en el pantalón del equipo durante la Copa del Rey de Barcelona. Fue un pacto por objetivos. Pero sólo fue por un partido. El equipo cayó en los cuartos de final ante el Banca Cívica, por lo que los ingresos fueron mínimos. El club, a través de la gerencia y de su departamento comercial y de márketing, sigue trabajando para atraer a nuevas empresas y marcas. Pero la situación actual es la que es. Y tanto sociedades como instituciones andan, literalmente, al borde de la quiebra.

La llegada de Krunoslav Simon, con un acuerdo ya cerrado para este año más el siguiente, estaba cerrada. Pero se abortó. El consejo de administración corroboró por unanimidad esta decisión el pasado jueves. Y ahora la cúpula de la entidad se encuentra ante la tesitura de prescindir de Mateo, un entrenador honesto, trabajador como pocos y que está cumpliendo todos los objetivos de la temporada.

Dudas para el futuro. Hace tiempo que al club comenzaron a llamar representantes ofreciendo entrenadores ante una hipotética marcha del madrileño. Por cierto, Chus no viajó ayer con el equipo de vuelta de Zaragoza a Málaga. Se quedó en Madrid, para meditar y evadirse con su familia, su mujer y sus dos hijos. Y hoy estará ya en Málaga, puesto que el equipo tiene planteada una doble sesión de entrenamientos.

¿Qué haría el Unicaja sin Chus? Ahí estriba la gran duda. Tiene contrato para el próximo curso como técnico asistente. Es un hombre de la casa, que hasta ahora ha tenido el apoyo de todos. Paco Aurioles es su segundo. Podría dar un paso al frente. Al menos, hasta final de curso. La otra vía es apostar por un entrenador externo. Pero si no hay dinero para fichar jugadores, ¿lo habría para un nuevo entrenador?