En plena crisis de resultados, con la afición de uñas y la espada de Damocles preparada para actuar sobre entrenador y/o algún que otro jugador si el panorama no mejora, el Unicaja recibe esta noche (20.45 horas) la visita del Lagun Aro de San Sebastián, un partido que cuando se sorteó el calendario el pasado verano olía a «1» fijo en la quiniela, que durante toda la primera vuelta olía, además, a paliza local y que hoy, sin embargo, sólo huele a chamusquina.

Se presentan, desde luego, los 40 minutos más importantes de la «era Chus Mateo» en Málaga. Porque hay que ganar sí o sí. No queda otra. Todo lo que no sea sumar hará que la situación se vuelva insostenible después de 12 derrotas en 13 partidos, con el prematuro adiós a la Copa y la eliminación continental, incluidas.

La afición apunta a factor clave esta noche para acabar con el maleficio. Es de perogrullo decirlo pero el equipo necesita más que nunca a su «marea verde». Hoy es un día en el que la grada no puede fallarle a sus chicos. Cualquier reproche, cualquier acción de protesta debe evitarse, por lo menos, hasta que el bocinazo final dicte sentencia. La grada debe entender que «todos a una» será mucho más fácil. Este equipo que ahora no le gana a nadie es el mismo que maravilló en el arranque de temporada. O sea, que es una cuestión mental más que deportiva lo que le está pasando. Y por eso sentirse arropado sería decisivo.

Espera un partido muy complicado, pero no sólo por la crisis local. El Lagun Aro llega a Málaga en su mejor momento de la temporada. Los guipuzcoanos son sextos, están jugando un gran baloncesto y pasan por ser uno de los equipos más en forma de la Liga Endesa. Panko, Vidal y Salgado están en estado de gracia y parecen la principal amenaza del rival, al menos a priori.

Chus Mateo recupera para esta cita al base letón Kristaps Valters, después de superar la amigdalitis que le impidió viajar a Zaragoza el pasado fin de semana. Garbajosa y Darden siguen lesionados por lo que Mark Payne volverá a ejercer de base-escolta.

Mejorar el tiro exterior, atacar con más solvencia en el cinco contra cinco y estar activos en el rebote son asuntos claves para hoy. Es imposible ganar partidos metiendo menos de 60 puntos, sobre todo si el rival viene de anotar más de 100 en la última jornada.

Ganar, ganar y ganar... aunque sea de tiro libre injusto en el último segundo. La Liga no espera y la afición tiene el grado de su paciencia en el límite. Una victoria lo cambiaría todo. Ojalá sea hoy el día.