Suma y sigue. El mallorquín Álex Abrines sigue pulverizando registros de precocidad. Su exhibición ayer frente al Asefa Estudiantes le ha servido para batir nuevos registros. El más llamativo, desde luego, fueron sus 31 puntos. Algo que no se consigue todos los días y que ni siquiera lograron a su edad dos de las grandes estrellas del baloncesto español, su paisano Rudy Fernández y Ricky Rubio. Del base de El Masnou era el récord de puntos, con 25, a su edad. Pero Abrines, con 18 años, 7 meses y 10 días, lo hizo añicos ayer, según informó la ACB. Muy meritorio. Más si cabe en plena crisis del Unicaja.

Chus Mateo dispuso que el chico estuviera ayer sobre la pista la friolera de 35: 30 minutos, tiempo en el que se fue hasta los 31 puntos. No lograba un jugador del Unicaja esa puntuación desde ya dos años. Fue el 3 de enero de 2010 cuando el exbase verde Omar Cook firmó el encuentro de su vida. Lo hizo ante el CB Granada, en el Martín Carpena. El Unicaja barrió de la pista al equipo nazarí por 112-87, y el base se fue hasta los 35 puntos, logrando el tope histórico de valoración de un jugador en toda la historia del Unicaja, con 46 puntos.

A Abrines su impresionante actuación de ayer le ha hecho ser el jugador español con mayor anotación en lo que va de Liga Endesa esta campaña. El «16», con sus 31 puntos, supera a Rudy Fernández, que en su mejor partido en su etapa en el Real Madrid mientras duraba el lockout de la NBA llegó a firmar 28 en el choque que midió al Madrid con el Blancos de Rueda Valladolid. Tres menos que Abrines, el MVP del pasado Europeo sub´18, en el que guió a España al título.

Además, sus 31 puntos le hacen ser el cuarto máximo anotador de este curso en una jornada. El récord lo tiene el jugador del Gran Canaria Marquez Haynes, con 35 tantos, seguido por Gustavo Ayón, que del Fuenlabrada se marchó a la NBA en plena campaña, y Dustin Doellman, del Manresa, que ha llegado a los 32 puntos en dos ocasiones. Su encuentro de ayer es para ser analizado pormenorizadamente. Y es que el joven canterano aportó casi la mitad de los 67 puntos del Unicaja, en concreto, un 46% del total de puntos del equipo. Fue el único hombre con confianza en la pista, ya que se jugó 25 tiros –una de cada tres posesiones– y se jugó la friolera de 12 triples, de los que transformó la mitad, seis.