El filón Álex Abrines no ha hecho más que comenzar. Su aparición estelar en la Liga Endesa de la mano del Unicaja ya ha cambiado el pequeño mundo del alero de 18 años. Su cuenta de Twitter se ha incrementado en casi 2.000 seguidores en un fin de semana. Cambios en su marca de ropa, ojeadores de la NBA que le siguen la pista, registros estratosféricos que alertan hasta a la prensa nacional... Su tirón está fuera de toda duda. Abrines está llamado a llenar el hueco de «niños prodigio» del baloncesto patrio, como Rudy Fernández o Ricky Rubio, que ahora están triunfando en la NBA.

Y su colegio de toda la vida, donde el chico comenzó a jugar al baloncesto, ha emprendido un litigio que, de no variar de rumbo, acabará muy pronto en los tribunales de justicia. La Asociación Deportiva de Baloncesto La Salle Palma reclama al Unicaja los derechos de formación por Alejandro Abrines Redondo.

En un comunicado enviado ayer, y al que ha tenido acceso La Opinión, La Salle pide al Unicaja el abono de esos derechos a los que el club de Los Guindos no está dispuesto a hacer frente, ya que está convencido de tener la razón en este asunto. La nota del colegio insular reza: «La Asociación Deportiva de Baloncesto La Salle Palma entiende que tiene derecho a percibir del Baloncesto Málaga compensación por los derechos de formación del jugador, a lo que el referido club se viene negando hasta la fecha, basándose en que el Reglamento General y de Competiciones de la Federación Española de Baloncesto fijó los criterios para el cálculo económico de esa compensación con posterioridad a la incorporación del señor Abrines Redondo a la disciplina de ese club deportivo».

Y así es. La asamblea de la Federación Española celebrada antes de verano de 2011 fijó una nueva norma de derechos de formación, algo hasta entonces inexistente. Y, al no tener carácter retroactivo, para los ojos de esta ley es el Unicaja el verdadero club de formación de Abrines.

La Salle cita el Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación laboral de los deportistas profesionales, y también el Real Decreto 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones deportivas españolas. El colegio defiende que Abrines estuvo federado en desde la temporada 2001/ 2002 hasta el curso 2009/10, «salvo el 2002/2003», aclara. Y por eso opina que tiene derecho a percibir alguna cantidad.

Y anuncia en su nota: «La Asociación se reserva su derecho, si sus pretensiones no son satisfechas vía federativa, a acudir a los Juzgados y Tribunales ordinarios para el reconocimiento de su derecho y la defensa de los legítimos intereses del club».

Hijo de un exjugador de los 80 y 90. «De casta le viene al galgo». El padre de Álex es Gabriel Abrines (Benissalem, 27 de junio 1966) jugador de baloncesto profesional durante las décadas de los 80 y los 90. Con una larga carrera en el mundo de la canasta, es recordado especialmente en Cáceres por ser uno de los artífices del ascenso a la Liga ACB del club extremeño.

Formado en las categorías inferiores del Real Madrid, se retiró en 1999. Desde entonces se ha dedicado al mundo de la informática. En la actualidad es copropietario de una empresa en Palma de Mallorca, ciudad en la que reside. Mata el gusanillo del baloncesto siendo entrenador del CB La Salle en categorías inferiores.