A Chus Mateo ya sólo le queda abrir la boca. Ha sido muy comedido. Extremadamente. Pero el entrenador del Unicaja le ha visto las orejas al lobo y desde hace ya un par de semanas ha comenzado a hablar y a contar sus verdades en sala de prensa. Tras el repaso que recibió el equipo en Vitoria, el técnico admitió que su equipo es ahora mismo «una caricatura». «Jugar así no nos lleva a ninguna parte. Somos una caricatura de lo que éramos al principio de temporada. Tengo fuerzas pero es obvio que llevamos dos meses buscando soluciones».

Mateo volvió a darle un toque al vestuario, a esos veteranos que siguen sin aparecer y a sus jugadores franquicia, que están escondido debajo de sus camisetas verdes. «Voy a pelear y a luchar hasta el final, pero necesito que todos estén conmigo, los jugadores también».

La llegada de DeVries sirvió ayer para frenar en seco la progresión de Álex Abrines. Mateo quiere más refuerzos. «Con DeVries no sé si será suficiente. Pero los líderes tienen que estar dentro del equipo, tienen que salir de los que tenemos aquí, todavía les estoy esperando porque no los vamos a encontrar fuera», señaló.

Repitió en varias ocasiones que el Unicaja había sido muy blando y explicó perfectamente qué le pasa al equipo: «Tenemos más mentalidad de jóvenes que de hombres. No hemos enseñado los dientes en ningún momento. Hemos sido muy blandos, dando muchísimas facilidades».

El fin de semana, ante el Lucentum, habrá una nueva oportunidad. «Cada partido lo preparas como si comenzara una nueva etapa, pero no llega».