A media tarde de ayer tomó el AVE la expedición cajista camino de la capital del reino. Podría ser un viaje más de los muchos de cada año entre Liga Endesa y Euroliga. Pero no. Éste es «especial» porque al frente de la expedición figuraba Luis Casimiro. Ahora, él es el que manda. Es el elegido por el consejo de administración y por Manolo Rubia para tratar de devolver al club de Los Guindos a la zona noble de la clasificación.

A ocho jornadas para el final de la Fase Regular, el objetivo está al alcance de la mano. Sobre todo, porque el pasado «finde» el equipo ganó al Lucentum, rival directísimo en esa lucha por un hueco entre los 8 mejores. Pero el reto que hay por delante hoy invita a poco optimismo. Y es que este Real Madrid de Pablo Laso, vigente campeón de Copa y segundo en la tabla, es un equipo de lo más fiable cuando salta al parqué del Palacio de los Deportes de Madrid, cancha en la que hoy arrancará el partido a partir de las ¡¡17 horas!!

Sin Abrines, por lesión; sin Fitch, porque ni está ni estará; y sin Payne, porque sólo pueden ir dos extracomunitarios –DeVries y Darden–, el Unicaja vela armas desde anoche en Madrid. El equipo es consciente de que tiene por delante 40 minutos de máxima exigencia, pero los ánimos están renovados tras el último triunfo y hay ganas, al menos, de pelearle al rival el triunfo.

Se puede decir que hoy es uno de esos días en los que hay mucho más a ganar que a perder. Y es que si el Unicaja no está a mediados del mes de mayo en el play off por el título no será por perder esta tarde en Madrid. Ese día habrá que acordarse del desastre del Xacobeo, de la matinal tétrica del Estudiantes o del ridículo del día de Las Palmas. Porque perder en la guarida del Real Madrid entra dentro de lo previsible y de lo asumible.

El Real Madrid no parece en su momento más brillante del curso. Tras ganar la Copa del Rey hace mes y medio, han quedado fuera de la Euroliga y han perdido el liderato liguero. Vienen de caer en San Sebastián y eso les hará, seguro, todavía más peligrosos.

Casimiro tienen claro que para tener opciones su equipo deberá estar concentrado desde la misma rueda de calentamiento. Su batería exterior, con Carroll, Llull, Sergio Rodríguez, Carlitos Suárez o Pocius eleva a clave la palabra «defensa». Sólo un trabajo defensivo brutal permitirá tener opciones. Por dentro, tampoco son mancos, pero ahí parece que Freeland, Zoric e incluso Sinanovic, que hoy si apunta a tener minutos, sí pueden equilibrar fuerzas con Begic, Tomic, Mirotic, Felipe Reyes o el renacido Velickovic.

El día 2 de la «era Casimiro» se vive hoy en la capital. Repetir, al menos, la buena imagen de la semana pasada debe ser el principal objetivo, pero no será fácil.