Pocas explicaciones pueden darse de este cambio tan drástico de rumbo que ha trazado el Unicaja en plena temporada. Arrancó como un titán y ahora pliega velas y se hunde al antojo de la marea. Lo del Assignia Manresa fue más duro si cabe. El cambio de técnico, con Luis Casimiro por Chus Mateo, la salida de Gerald Fitch, el triunfo ante el Lucentum y los aires nuevos que se respiraban en el vestuario, aventuraban un inminente cambio que acercara, al menos, al equipo a los play off. Pero a ese cuento de la lechera se le cayó ayer la vasija. El Unicaja volvió a bajar los brazos, como hace unas semanas, y las estadísticas le condenan.

El Unicaja había recibido este año 96 puntos en el Martín Carpena en una única ocasión. Fue el Real Madrid de Rudy e Ibaka, que venció en Málaga 80-96. El otro tope de este curso en casa lo compartían dos ilustres equipos, Panathinaikos y Siena, ambos con 91. El hasta hace poco inexpugnable Palacio de los Deportes es ahora una casa de curas: todo el que llega herido sale sanado y con muchos puntos. Ayer ganó el Manresa, y en las últimas semanas lo hicieron Estudiantes (61-74), Lagun Aro (81-89), Bilbao (55-59) o Valencia (58-68). Y es que esta segunda vuelta del Unicaja está siendo realmente patética. De los 11 encuentros disputados sólo ha ganado dos, con nueve derrotas.

El colapso comenzó con las campanadas de fin de año y con el nuevo 2012. Ha disputado el Unicaja un total de 22 partidos, entre Liga Endesa, Euroliga y Copa del Rey, y únicamente ha sacado adelante cuatro enfrentamientos, con otros 18 tropiezos a sus espaldas. Cuatro única alegrías, ante el Gescrap Bilbao (78-73), Murcia (87-79), en Valladolid (76-83) y Lucentum (72-60).

El choque ante el Assignia acabó en desastre. Mirar las estadísticas es un deporte de alto riesgo para todo aquel que sufra de tensión arterial alta o de problemas cardíacos. También es molesto para la vista ver las estadísticas del encuentro de la matinal y comprobar que los barceloneses se fueron a los 119 puntos de valoración. Un derroche impropio para un rival con el nivel de ayer, que vio cómo hasta siete de sus jugadores sumaban 10 o más puntos de valoración.

En esa faceta llamó la atención el -6 de Kris Valters, que centró por momentos las iras de la afición verde, muy enojada con sus dos bases, él y EJ Rowland. El americano de pasaporte búlgaro se quedó en 1 punto de valoración en sus 19:41 minutos. El letón erró los cuatro triples que intentó –era hasta ayer el mejor triplista en porcentaje de tiro de la ACB– y perdió cinco balones de los 14 que malgastó el cuadro de Casimiro.

No menos llamativo es el horrendo porcentaje de triples de los malagueños, con un 3 de 22 (14 por ciento). De los siete cajistas que lanzaron desde más allá de la línea de 6,75 metros sólo uno, Troy DeVries, logró anotar. 3 de 9 para él. Los demás erraron todos sus lanzamientos. Difícil ganar así.

Otras dos parcelas que «mataron» a los verdes fueron el rebote y las asistencias. El Assignia capturó 10 rechaces más y logró 14 rebotes en ataque, una barbaridad. Y los de Jaume Ponsarnau se fueron hasta las 21 asistencias.