O mucho cambian las cosas o las horas de Berni Rodríguez en el Unicaja están contadas. Como ayer apuntó este periódico, Miquel Solá, su representante, se reunió en Los Guindos a lo largo de la mañana con el presidente verde, Eduardo García, y con el director deportivo, Manolo Rubia, en una primera toma de contacto que no ha resultado muy positiva.

Berni acaba contrato el 30 de junio, aunque el club tiene una cláusula por la cual puede renovarlo de forma unilateral un año más. La visita de Solá a Málaga era para ver cuáles son las intenciones del club sobre su representado.

El Unicaja trasladó ayer al agente catalán que el club no va a ejercer esa cláusula porque las cantidades ya pactadas que tendría que percibir el jugador se considera que no están acordes al actual mercado. Así las cosas, el club le ofreció un nuevo contrato por espacio de una temporada y con unas cantidades que son aproximadamente la mitad de las pactadas en el anterior acuerdo.

Ambas partes han quedado en volver a hablar en los próximos días, pero lo cierto es que las sensaciones no son muy positivas en el entorno del jugador, que es un ejemplo único de fidelidad a unos colores puesto que toda su carrera deportiva la ha realizado en el equipo cajista, desde su época de canterano hasta la actualidad.

Campeón de Liga, de Copa y de la Copa Korac, Berni lleva en la primera plantilla del club desde el verano de 1999, cuando Bozidar Maljkovic lo subió al primer equipo, justo después de que el alero se proclamara en Lisboa campeón del mundo júnior. Además ha ejercido de capitán del equipo desde la temporada 2000/01.

La negociación está abierta. La postura del club parece inamovible. La pelota está ahora en el tejado del malagueño, que deberá decidir si sigue o no. Las posiciones, por ahora, parecen muy distantes.