El Unicaja no tendrá que abonar ni un euro más de los que ya ha cobrado a Bernardino Pérez Maza, exdirector general del club desde el verano de 2007 hasta el de 2010. El ejecutivo sevillano denunció a principios del pasado año 2011 al club por «incumplimiento de objetivos económicos», al argumentar que según su contrato debía percibir 80.000 euros (40.000 por cada una de sus dos últimas temporadas en Málaga) en concepto de bonus por objetivos deportivos y económicos.

El Juzgado de los Social número 13 desestimó ayer la demanda interpuesta por Berdi Pérez, una resolución contra la que se puede interponer recurso de suplicación ante la sala de lo social. Según se desprende de la sentencia, la demanda se desestima íntegramente porque el demandante no ha cumplido los objetivos deportivos y económicos por los que solicitaba la citada cantidad económica. «Es obvio que el actor no es acreedor del bonus que reclama», se asegura en la sentencia.

Pérez firmó hace ya cinco años un contrato por tres temporadas, a razón de casi 200.000 euros por campaña. En ese acuerdo se suscribieron una serie de bonus por objetivos deportivos y económicos, el caballo de batalla que ha provocado el litigio entre el exejecutivo cajista y la entidad costasoleña.

Según ha podido confirmar La Opinión de Málaga, los bonus deportivos dependían de que el equipo fuera Top16 de la Euroliga y además accediera a las semifinales de la Copa del Rey y también de la Liga ACB. En su primer año no se consiguieron los objetivos porque el equipo quedó apeado en los cuartos de la Copa a manos del Tau Vitoria; en su segunda temporada sí se dieron los tres condicionantes, mientras que en la tercera campaña el equipo no se clasificó para la Copa del Rey.

El Unicaja, a pesar de no cumplir con lo estipulado en su contrato en el apartado estrictamente deportivo, le abonó el dinero el primer curso como «regalo», aunque luego no lo hizo la segunda campaña ni, obviamente, la tercera, la del fiasco copero. Independientemente de lo deportivo, lo que Berdi no cumplió ninguno de sus tres años en el club fue con los objetivos económicos presupuestados por la entidad.

La discrepancia entre las partes ha venido dada porque mientras el Unicaja mantiene que los objetivos eran conjuntos, Berdi Pérez cree que se podían «disfrutar» de manera individual, por lo que reclamó los 80.000 euros de rigor, 40.000 por cada una de sus dos últimas campañas en la Costa del Sol, algo que el juez finalmente no ha estimado, fallando a favor de los intereses del Unicaja.

Pérez salió en junio de 2010 por la puerta de atrás del club verde después de enfrentarse a buena parte de los estamentos de la entidad y tener también en contra a gran parte de la afición. El sevillano, avalado por su excelente labor anterior como director deportivo del Gran Canaria, equipo con el que siempre cumplió los objetivos marcados y con el que «descubrió» para el baloncesto a muy buenos jugadores norteamericanos y comunitarios, fue una apuesta del club para mejorar en todas las facetas de su organigrama. Una operación que, evidentemente, no salió bien.

Ahora, el Unicaja sale bienparado de este «caso», mientras Pérez se posiciona para recuperar su sitio en los despachos del Gran Canaria, sumido en una profunda crisis institucional.