Desde que el Unicaja le arrebató a Jorge Garbajosa al Real Madrid, al FC Barcelona y al CSKA de Moscú en el lejano verano de 2004, el club jamás había acometido una operación ni tan ambiciosa ni tan compleja. Y eso que han llegado a Málaga jugadores de primer nivel. A Marcus Haislip le quería media Europa. Y por Carlos Jiménez suspiraba el mismísimo Madrid. Pero la negociación emprendida por el Unicaja hace ya varias semanas por Fran Vázquez se lleva la palma.

Porque tras unas conversaciones leoninas a tres bandas, el Unicaja recibió el visto bueno verbal de Fran a su oferta por dos temporadas y arrancó un principio de acuerdo con el Barcelona para canjear los derechos federativos de Fran por los de Álex Abrines y, además, recibir una indemnización. Al cierre de la edición de este periódico aún no se había sellado el acuerdo que, salvo cambio drástico, está ya garantizado. El fichaje del pívot gallego es inminente. Hoy se podría culminar y se haría oficial durante esta misma semana, porque aún quedan flecos pendientes dada la complejidad de la operación.

La Opinión ha venido informando puntualmente, desde hace 10 días, de cada paso que se daba para que el «center» regresara a casa. Desde las negociaciones emprendidas con el jugador a los contactos con el Barça. Todas las aristas de la negociación, la oferta por dos años formal presentada el viernes, la cena esta pasada semana en la casa del propio jugador o el anuncio de la reunión que ayer mantuvieron en Barcelona los responsables del Barça y del Unicaja.

Hasta que los dos acuerdos estén firmados no se puede hablar de un fichaje cerrado. Pero sí que su contratación es inminente, tanto por la parte del propio Fran, que a sus 29 años volverá a sentirse el líder de un proyecto, como por el acuerdo con el Barcelona.

Ha sido el pívot quien, durante este fin de semana, ha decidido dar un paso adelante. Fran, una vez que supo de la existencia de una oferta formal, con las cifras que a él le colmaban, por las dos próximas campañas, le transmitió a José Cobelo, su agente, que atendiera únicamente al Unicaja.

Cobelo trató de «mover» esa propuesta malagueña y que el Real Madrid la conociera para subir el precio del jugador. Pero Fran cortó de raíz cualquier intento de subasta. El Unicaja, con una labor sorda pero muy eficaz, le convenció. Y es que él, en consenso con su familia, había decidido regresar a la tierra donde se formó y de la que es natal su mujer Ana. Así que durante el fin de semana, el gallego aceptó la oferta cajista, dejando a un lado alguna proposición multimillonaria.

El Fenerbahce puso sobre su mesa dos millones de euros libres de impuestos por temporada. Pero Fran no quiso oírla. Como también despreció los nuevos cantos de sirena que le llegaban desde la NBA. Tanto Orlando, la franquicia que le drafteó en el puesto 11 del sorteo de 2005 como otros clubes se habían interesado por su situación, toda vez que concluía su contrato con el Barcelona y no debía abonar costosas indemnizaciones por salir del Barça. Pero Fran mantuvo su idea desde un principio.

Así que dependía ya del Unicaja y del Barcelona. Este periódico avanzó el domingo que ayer lunes iba a producirse una reunión al más alto nivel, aprovechando la presencia en la Ciudad Condal del presidente, Eduardo García, para asistir a la asamblea de la ACB. Sobre la mesa, la proposición de canjear a Álex Abrines por el jugador de 29 años, una estrella del baloncesto, y futuro pívot titular.

Anoche, a la una de la madrugada, aún se negociaban los términos definitivos del acuerdo, pero sí que se hablaba abiertamente de un principio de acuerdo para realizar ese cambio de cromos: promesa por realidad. Y, además, el Unicaja recibirá una indemnización -la cantidad está aún por concretar- por la abrupta salida de Abrines de Los Guindos. Una operación que es el acicate esperado por la afición malagueña.

La casi segura contratación de Fran supone un golpe de timón en toda regla. El todavía barcelonista es un reclamo único que, lo más importante, quiere jugar en el Unicaja sí o sí. Sus manifestaciones a este diario antes de la presentación del campus de Frigiliana dejaron muy claro que el pívot tenía en mente únicamente jugar en Málaga. «Quiero ayudar al club a volver a llenar el Martín Carpena», dijo. Sin duda que su llegada permitirá que la entidad recupere toda su credibilidad, que la afición vuelva a creer en el equipo y que el Unicaja regrese al lugar que le corresponde.