Podemos hacer un análisis exhaustivo del partido de ayer para conocer las claves de la victoria del Unicaja en tierras alemanas, pero sin duda que los verdes se llevaron el triunfo, ante el Alba de Berlín, fundamentalmente porque la camiseta que llevaba puesta Marcus Williams era de color verde y no amarilla.

Quizás sea simplificar demasiado, pero la verdad es que el base de Los Ángeles dio una lección de cómo revolucionar un partido en el que el Unicaja iba a remolque hasta que apareció él, lo volteó y se puso en franquicia para el equipo malagueño.

Para ser justos, hay que comentar otra serie de factores que decantaron la balanza del lado verde. Uno de ellos fue la defensa que puso Repesa, una zona que empezaba siendo presionante en todo el campo -más para retardar la subida de la bola que para robar el balón- y que luego se convertía en una 2-3 con los cuatro hombres de fuera muy activos y con continuos ajustes y reemplazos.

En esta ocasión, el entrenador croata acertó de pleno y provocó un cortocircuito en el ataque germano, que no supo en ningún momento atacar esa defensa y se limitó a intentar conseguir canastas de manera individual. Eso provocó numerosos errores que el Unicaja aprovechó para hacer muchos contraataques.

Otro de los factores determinantes fue la actividad e intensidad de Gist y Dragic. El esloveno, junto con Sergi Vidal, le dio una consistencia enorme a la defensa, tocando todos los balones y atrapando los que quedaron sueltos.

Gist completó un buen partido. Cuando tira de intensidad se convierte en un jugador muy peligroso gracias a su físico, además de estar más acertado en el lanzamiento exterior. El resto rayó también a buen nivel en un partido en el que el equipo fue de menos a más. Como se suele decir, las cosas no son como empiezan sino como terminan.

Si juntamos todo esto en una coctelera y se la damos a Marcus Williams para que prepare la mezcla, ya tenemos las razones de la magnífica victoria del Unicaja, que le consolida en la segunda plaza de su grupo en la Euroliga.

PD: Por cierto, cómo me gusta este equipo con Sergi Vidal en la pista. Transmite una energía, tanto en defensa como en ataque, de la que se contagian la gran mayoría de sus compañeros.

[Dani Romero es exjugador del Unicaja]