La cuenta atrás de Carlos Jiménez sigue su curso. En el club todavía esperan que un milagro cambie la idea del alero madrileño, dispuesto a dejar de jugar una vez que pase el partido del sábado contra el CAI, en Zaragoza, y termine su contrato temporal con el club de Los Guindos.

Jiménez ha dicho cada vez que se le ha preguntado, pública o privadamente, que su intención es retirarse definitivamente una vez que la recuperación de Sergi Vidal estuviera completada.

Es verdad que el entrenador, Jasmin Repesa, el director deportivo, Manolo Rubia, y el presidente, Eduardo García, siempre han mantenido cierta ilusión en que Carlos renovara su contrato temporal e incluso lo ampliara hasta el final de la temporada, pero parece casi imposible.

Hay detalles, además, que invitan a pensar en su salida inminente. En los últimos partidos de Euroliga, sin ir más lejos, no ha jugado ni un minuto. Y ante el Obradoiro, por ejemplo, no estaba previsto que jugara. Incluso no se entrenó el sábado, previendo que no saltaría al parqué. Pero Repesa se enfadó con James Gist cuando se dejó coger un rebote en defensa por Kendall y el técnico croata tiró de Carlos, casi por sorpresa.

El caso es que el madrileño encara esta última semana de vinculación con el club -su contrato expira el próximo lunes-. Le quedan dos partidos como jugador en activo: el Chalon, el jueves, y el CAI, el sábado.